Tanteo — Restaurant in Madrid

This was another place which didn't serve meals until 2000, and with no wifi plus only Heineken beer on tap I didn't bother with any drinks whilst I waited.

I had a chicken curry, which amounted to lumps of plain white chicken coated in a yellow Chinese curry sauce (it didn't taste infused so guess it had been stirred in) atop a small mount of plain boiled rice - the overall plate was a bit bland and crying out for onions, peppers etc to lift the curry, plus a bigger amount: it didn't take me long to finish it.

To follow, I had a lemon sauce moose dessert, fresh in taste but had the texture of a runny panacotta.

For one saving grace: I requested some oils and vinegar to accompany the basket of bread I was given and the balsamic cream I received was quick viscous with a lovely strong sweet flavour, not that acidic at all - I ended up licking it up with a spoon, it was so tasty.

Apart from introducing me to the beauty of a good balsamic cream, I couldn't really see a reason to...

Aunque desde fuera parece un restaurante acogedor, con decoración moderna y servicio atento, la comida (al menos la del menú) me pareció cara para la cantidad. Nada más entrar –aunque era pronto- nos preguntaron sin teníamos reserva. Vamos, que aunque llegues pronto es mejor que reserves o te arriesgas a no tener mesa. En la entrada destaca la pizarra con los platos del menú. La sala está dividida en varias zonas. Aunque tienen 2 puertas solo se puede acceder desde la que está en Castelló, a pesar de que la gente lo sigue intentando. Deberían de poner un cartel mas grande. Para ofrecer bebida, y elegir entre 3 primeros, 3 segundos, postre o café, pagar 14€ me parece caro comparado con lo que se ofrece en locales similares a pocas manzanas. La cesta del pan, de tela, merece un comentario aparte, necesita una limpieza urgente. Los platos de sabor no están mal. Las camareras se pasaban varias veces para comprobar si podían retirar o no los platos. Cambian los cubiertos. Respecto a los postres, te los dicen de viva voz y no son muy originales, además el nombre engaña un poco. Decir que hay yogur con frutos rojos y traer un yogur con un chorrito de un sirope rojo es una tomadura de pelo. Respecto al flan, muy harinoso, no vale nada más bien debería llamarse pudding. Lo dicho, caro para la cantidad que ofrecen. Era la segunda vez que iba...

El local es espectacular, y está decorado con gusto. Igualmente cuidada es la vajilla, así que el marco para la cena es el ideal.

La carta es para todos los gustos, ofreciendo en los "tanteos" (medias raciones) su mayor atractivo. Ensaladas, huevos, pescados, carnes... sin sorpresas. La carta de vinos, muy escasa.

Su ensaladilla está rica y las dos frituras que probé, las berenjenas con miel y los calamares, limpias y sabrosas. Al carpaccio le faltó un punto de sal, pero el aliño era sutil (en lo positivo). Decepción los mejillones "picantes": no picaban nada y, aunque estaban en su punto, no se habían limpiado como debían. En cuanto a los postres, la tartaleta de manzana es espectacular (¡qué sabor a mantequilla!) con un buen helado de dulce de leche. No está a la altura el brownie, simplemente correcto.

Baja la media muchísimo el servicio. Es rápido sí, pero seco. Si tienen un plato por servir, da igual lo que estés haciendo que sin aviso aparecerá rozándote y sorprendiéndote. ¡Un poco de calma, por favor! El encargado sí mantiene el tipo, al igual que una de las otras chicas.

El precio medio por persona es de unos 20€-25€. No merece la pena desplazarte al lugar ex profeso, pero si te dejas caer, disfrutarás de una comida correcta, sin pretensiones, pero con algunos momentos que sí que...