Die Spanische Nationalbibliothek, die stolze Biblioteca Nacional de España, ist ein Palast des Wissens, der in Madrid mit seiner beeindruckenden Fassade und seiner erhabenen Atmosphäre sofort alle Blicke auf sich zieht. Sie thront an der Paseo de Recoletos, einer der edelsten und schönsten Alleen der Stadt.
Schon beim Annähern an die Bibliothek spüre ich, dass dies kein gewöhnliches Gebäude ist. Die breiten Stufen, die zum Haupteingang führen, wirken fast wie eine Bühne, die mich auf das Kommende vorbereitet. An den Seiten stehen Statuen großer spanischer Denker und Schriftsteller: Miguel de Cervantes, der Schöpfer von Don Quijote, und Lope de Vega, der berühmte Dramatiker. Sie wirken, als würden sie mich mit einem stillen, wissenden Blick willkommen heißen, fast so, als wollten sie sagen: „Komm herein, wir haben Geschichten zu erzählen.“
Die Fassade selbst ist ein Meisterwerk im neoklassizistischen Stil, ein Produkt des 19. Jahrhunderts, das Stolz und Würde ausstrahlt. Das Gebäude wurde 1892 eröffnet, zur Zeit des kulturellen Booms, als Spanien seine großen literarischen und wissenschaftlichen Errungenschaften feiern wollte. Die Architektur ist streng und monumental, mit ionischen Säulen und kunstvollen Reliefs, die Szenen aus der Geschichte und der Mythologie darstellen. Ich bleibe stehen, um die Details zu betrachten – kleine Figuren, die in Stein gemeißelt sind, und Ornamente, die die Zeit überdauert haben. Es ist, als ob das Gebäude selbst eine Botschaft übermitteln möchte: „Hier liegt das Erbe einer ganzen Nation.“
Im Inneren umfängt mich eine Ruhe, die in krassem Gegensatz zur lebendigen Stadt draußen steht. Die hohen Decken, die weiten Hallen und das sanfte Licht schaffen eine Atmosphäre der Ehrfurcht. Die Lesesäle sind so prächtig, dass ich fast das Gefühl habe, einen Kathedralenraum betreten zu haben, nur dass hier die Worte und Bücher angebetet werden. Lange Tische mit grünen Leselampen, die einen nostalgischen Charme ausstrahlen, reihen sich auf, und an jedem sitzt ein Mensch, der tief in die Seiten eines Buches vertieft ist. Das Rascheln der Seiten und das gelegentliche Kratzen eines Stifts sind die einzigen Geräusche – ein Konzert der Konzentration.
Die Bibliothek beherbergt Millionen von Büchern, Manuskripten und historischen Dokumenten. Es ist nicht nur ein Ort für Leseratten und Forscher; es ist ein Schatzhaus der Geschichte. Besonders beeindruckend ist die Sammlung alter Manuskripte und Inkunabeln, deren Anblick mich ehrfürchtig macht. Sie liegen in gläsernen Vitrinen, und ich stelle mir vor, wie die Hände von Mönchen und Gelehrten diese Seiten vor Jahrhunderten geschrieben haben. Ein besonderes Highlight ist die Originalausgabe von Don Quijote, die ich ehrfürchtig durch das Glas betrachte, während ich daran denke, wie viele Menschen dieses Buch über die Jahrhunderte hinweg bewegt hat.
Doch die Bibliothek ist nicht nur ein Ort der Bücher. Sie beherbergt auch Ausstellungen und kulturelle Veranstaltungen. Heute stolpere ich in eine Ausstellung über die Geschichte der spanischen Literatur und sehe alte Landkarten, Gemälde von Schriftstellern und sogar persönliche Briefe berühmter Autoren. Es ist, als würde ich einen Blick hinter die Kulissen der großen literarischen Werke werfen. Wenn ich die Bibliothek verlasse und mich noch einmal umdrehe, um einen letzten Blick auf sie zu werfen, spüre ich eine seltsame Mischung aus Inspiration und Demut. Sie ist mehr als ein Gebäude oder eine Sammlung von Büchern – sie ist ein Symbol für die Macht des Wissens und die Geschichten, die eine Nation zusammenhalten. Und während ich mich auf den Weg mache, denke ich, dass diese Bibliothek, mit all ihren Büchern, Manuskripten und Geheimnissen, ein leises Herzstück von Madrid ist – ein Ort, der dazu einlädt, nicht nur die Welt, sondern auch sich selbst ein wenig besser zu verstehen.
Stand: 18.11.2024
„Den Fortschritt verdanken wir den Nörglern. Zufriedene Menschen wünschen keine...
Read moreLa primera impresión que recibes es la de estar ante algo grandioso. Espectacular fachada y escalera con las figuras esculpidas de San Isidoro y de Alfonso “El Sabio”. Estas figuras están situadas a la altura del peldaño 15 contando desde arriba. Y ya en la entrada encontramos las esculturas de: Nebrija. Luis Vives. Lope de Vega y Cervantes. Y encima de estas en placa redonda grabadas en piedra con las “cabezas” de: Calderón de la Barca. Fray Luis de León. Juan de Mariana y Francisco de Quevedo. Impresionan sus 8 columnas sobre los 3 pórticos y las figuras que se encuadran dentro del “Triángulo o Canon de la Arquitectura”. En la parte superior 3 esculturas la “rematan” y la bandera de España centrada en la cúspide. Como el ser humano tiende siempre a comparar, no puedo evitar la percepción subjetiva de esta “Entrada Triunfal” con la de la Iglesia de San Jerónimo el Real (Los Jerónimos) situada “frente y encima” del Museo del Prado de Madrid. Asistimos a las exposiciones de “La Luz de la Edad Media en la Literatura Catalana”, hasta el 22 de Mayo de 2021. “Concepción Arenal. La pasión Humanista.”, hasta el 4 de Abril de 2021. “Azaña. Intelectual y Humanista”, hasta el 4 de Abril de 2021. La institución de la Biblioteca Nacional de España (BNE), fue fundada por el rey Felipe V a finales de 1711 (entonces llamada Real Biblioteca). En su sede del Paseo de Recoletos (abierta en 1896) se conserva un ejemplar de todos los libros que se publican en España, así como una valiosa colección de incunables, manuscritos, estampas, dibujos, fotografías, mapas, grabaciones sonoras, partituras, etc. Cuenta con una segunda sede en Alcalá de Henares. Además, la BNE alberga también la Hemeroteca Nacional, A través del Museo de la Biblioteca y de las Salas de Exposiciones, de libre acceso, se divulgan las colecciones, el funcionamiento y la historia de la Biblioteca Nacional. Dedicada a reunir, catalogar y conservar fondos bibliográficos, custodia alrededor de treinta millones de publicaciones producidas en territorio nacional desde comienzos del siglo XVIII. El Museo Arqueológico Nacional (MAN), tiene su sede en el Palacio de Biblioteca y Museos Naciones de Madrid. Edificio del siglo XIX y se comparte y complementa con la Biblioteca Nacional. Ambos exponentes de una Arquitectura singular finalizada por Antonio Ruiz de Salces. Comprende obras no sólo de la Península Ibérica como los Íberos, (la más importante del Mundo) y otros pobladores. Mención aparte merece las salas dedicadas a la antigua y magna Grecia, Egipto. Fundado por la Reina Isabel II, e inaugurado el 20 de Marzo de 1867. Su filosofía muy anterior a su construcción, fue la preservación del riquísimo Patrimonio cultural y artístico, su ubicación en un gran espacio y darlos a conocer a la Ciudadanía. La Biblioteca Nacional difunde este Patrimonio Bibliográfico a través de su catálogo y de la elaboración de la Bibliografía Española y desarrolla servicios al público que van desde las salas de consulta y los servicios a distancia a través de su página web, a los servicios de información bibliográfica especializada y el préstamo interbibliotecario. Para poder consultar estos fondos hay que estar en posesión de un carné de lector o investigador. Tanto la BNE como el MAN son un privilegio del gran Patrimonio Cultural, Histórico y Artístico de Madrid. Lugares magníficos y didácticos hasta lo indecible. Entornos maravillosos para llevar a los niños. Ya que ellos son el Presente del Infinito. Nos vendrá bien su aportación a la Raza...
Read moreSobre el solar que ocupó la primera Escuela de Veterinaria se alzó a partir de 1866 el gran edificio destinado por el Ministerio de Fomento a Museos de Arte Moderno y Arqueológico, Biblioteca Nacional y Archivo Histórico, siendo el de mayor envergadura acometido en Madrid durante el reinado de Isabel II. Interrumpidas las obras durante los años revolucionarios, no se concluyeron hasta la conmemoración del IV centenario del descubrimiento de América en 1892, pasando la dirección de las mismas de Jareño -quien realizó el proyecto original, la verja exterior y el basamento del edificio- a Ruiz de Salces, que modificó parcialmente el diseño inicial, que seguía los planos del Museo Ideal establecidos por J. Nicolás Louis Durand en su tratado de 1802, componiendo su simétrica planta mediante patios cuadrados en torno a una trama de diversas crujías, y era uno de los primeros edificios españoles en que se utilizó masivamente el hierro, especialmente en el desaparecido depósito de libros, inspirado en el de Labrouste para la Biblioteca Nacional de París. Destacan en sus fachadas los dos pórticos, siendo el del Museo un doble orden de columnas sobre escalinata con esfinges, y el de la Biblioteca un templo columnado -con un frontón alegórico tallado por Agustín Querol- sobre un basamento con tres grandes puertas en arco que se cerraban con magníficas rejas, eliminadas en una anterior reforma y hoy felizmente restituidas en su lugar. Y es que las necesidades de las instituciones que alberga exigen continuas ampliaciones, hasta hacerse necesaria la aplicación de un plan de rehabilitación integral que desde 1984 a 2000 ejecutan Junquera y Pérez Pita en la zona correspondiente a la Biblioteca Nacional, clarificando de nuevo la planta y dignificando con un lenguaje contemporáneo parte de los interiores; mientras que en el Museo Arqueológico, tras las desafortunadas transformaciones de los años ochenta que suprimieron los patios árabe y romano, magníficos exponentes de la arquitectura en hierro, el arquitecto Rodríguez Frade lleva a cabo la rehabilitación de las cubiertas y la reinstalación de...
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