Chorus Café — Restaurant in Rome

En el mismo Auditorio de la Conciliacione hay un bar restaurante llamado CHORUS, en el que yo había reservado mesa para cenar a las 22:30 justo después del espectáculo. Allí fuimos para deleitarnos en otro sitio de buena gastronomía italiana. Dejamos los abrigos en consigna, y nos llevaron a la mesa. Si en otros capítulos de este relato he hablado de la poca luz de los locales a los que hemos ido, olvidaos de todo porque este es el campeón de la oscuridad porque la luz principal de este local proviene de los amplios ventanales que dan a la Avenida de la Conciliacione, más unas grandes lámparas de pie en las paredes que daban una luz mortecina. Miré al techo y vi que había unas lámparas con tres focos pero apagadas justo encima de nuestra mesa. Le pregunté al camarero por qué no estaban encendidas, y la respuesta es que no era el ambiente para los demás que estaban por allí tomando copas. Así que nos habíamos metido en una auténtica ratonera oscura y lúgubre. No es que te fueras a tropezar con los objetos o la gente porque para eso ya nos llega la vista cansada que tenemos sino que para qué vas a ir a un local donde no puedes ver con claridad lo que te estás comiendo. A mí así no me gusta. El camarero que nos atendió parece que hablaba bien inglés e italiano, pero aun así nos entendimos bien. Lo primero que nos dijo es que no había el primer plato de la carta. Yo ni me molesté en mirar porque no lo veía. Dijo algo así como “no hay lobster”. Bueno, qué pena…no tienen langosta, dije yo que no la he probado en mi vida. Pues no era muy cara, sólo 28 €, pero de la cantidad nunca lo sabremos. Como ya estaba harto de bucear en la inmensidad de la oscuridad de la sala y del menú cogí mi teléfono móvil y encendí la luz de la linterna para que mis hermanos pudieran ver, intuir o que les ayudara algún angelote desocupado a descifrar los enigmas del menú. El camarero nos ayudaba con la carta pero como no sabía español, ni nosotros dominamos el inglés o el italiano, al final Antonio y Montse se decidieron por el plato de calamares con tomate, pero no me preguntéis por el nombre en italiano porque no me acuerdo. Yo me decidí por algo simple como unos espaguetis picantes pero tampoco se el nombre. Montse y yo coincidimos otra vez en vino para beber, mientras que Antonio siguió con su agua. El vino estaba muy bien, me gustó bastante reforzando el picor de la guindilla añadida a los espaguetis. A ellos también les gustaron sus calamares, por lo que los tres cenamos bien. El color negro era predominante en la sala, no sólo por la ausencia de luz sino que el uniforme de los empleados también era negro, desde la encargada del guardarropa, la chica de recepción, los camareros principales, y hasta una de las camareras tenía las uñas pintadas de negro. No, ahora caigo que el que nos cobró llevaba un traje más azulado. Creo que hasta la mayoría de clientes vestían de luto entre copa y copa. En cambio, en el baño el color predominante era el rojo de sus azulejos, y sí, aquí en los WC había más luz que en todo el salón. El local está más orientado a ser utilizado como bar de copas, además era un sábado por la noche por lo que se veía a gente dispuesta a disfrutar de ese día con ropa elegante. Vamos, que éramos los únicos que distorsionaban el ambiente porque nuestra vestimenta era sencilla, de colores variados y nada sofisticada. El sonido disco retumbaba en la sala con ritmos caribeños porque en Italia también les gusta mucho. Así que no os aconsejo este lugar para cenar, no merece la pena con la cantidad de locales que hay en Roma, y fuimos a parar allí. Quizá a la hora de la comida sea distinto, con más luz y menos ritmo disco repetitivo y machacón. Pagamos los 65 € y nos marchamos al...

Excellent location and atmosphere close to San Pieter. Staff is kind and competent and advises you to choose whatever you want to eat or drink. I don't know about food but about drinking the drinks are very well prepared by professional bartenders and are very very good. Always they are served with sides. I definitely suggest this place to spend a beautiful night in Rome...

Was here for a dinner with business in early December with 7 people. The dinner was generally good, and we had good service. It turned into a nightclub-esque place after a certain time. It was a bit buttoned up and higher end, so if you're looking for casual Rome, this is not the place. But for a nicer occasion, this would be...