We had high hopes for Terraza 56, mainly because of the beautiful view of Bellas Artes. Unfortunately, the service and overall experience left a lot to be desired.
Earlier in the day, we called to ask if we could make a reservation for our group of 9. We were told they only take reservations for romantic dinners or birthdays made at least two days in advance, but they did accept walk-ins. So, we decided to show up and wait for a table, which we were okay with.
When we arrived, we asked if it was possible to be seated near the view — which was the main reason we chose this place. We were told those tables were reserved. Fine. But here’s the issue: we stayed almost two hours, and those “reserved” tables were never used. Meanwhile, people kept arriving, hoping for a table with a view, only to be turned away. It feels like a pretty bad business decision to let the best seats in the house sit empty for hours.
We were eventually seated at a table for 9, but it only had 7 chairs. We let the waiter know, and he said he’d bring the remaining two. Ten minutes passed, still no chairs. When the rest of our party arrived, we asked the hostess for the missing chairs. The waiter finally brought them, and then the hostess showed up with another chair — saw that we already had them — and threw the chair near our table while rolling her eyes and walking away. Completely unprofessional.
Throughout the night, the service was cold and rude. We had to ask for drinks and food more than once. No one made us feel welcome or like they cared we were there. For a place that markets itself as a nice rooftop with a view, the staff’s attitude made it hard to enjoy anything.
In the end, the view wasn’t worth the frustration. There are plenty of other rooftop spots in CDMX with great views and friendly service. I wouldn’t return to Terraza 56 or recommend...
Read moreVivo en Acapulco y viaje hasta CDMX para celebrar el cumpleaños de mi mejor amigo y decidí darle la sorpresa de festejar su cumpleaños en Terraza 56. Fui a su página web la cual me sugirió el Paquete Cumpleaños por $299 pesos (postre con vela, globos y bebida de cortesía). Contacté al restaurante por WhatsApp y pedí ese paquete. Me dijeron que para estos casos solo se podía en la parte donde no hay vista para poder pegar los globos. Pedí pagar el paquete sin los globos pero que me pusieran en una mesa al pie de la vista hacia Bellas Artes.
Hice el pago y me mandaron mi confirmación y me pidieron datos del festejado. Todo bien hasta ahí. Llegó el gran día y llegamos puntuales a la cita de reservación. Nos dieron la bienvenida y todo lindo hasta que nos ofrecieron una mesa súper pequeña con asientos tipo periquera porque las otras mesas pegaba mucho el Sol aún a las 5PM. Definitivamente no quise la minimesa porque no cabe nada ahí y creo que el valor agregado de este lugar es la vista a Bellas Artes, no hay más.
Nos cambiaron de mesa y nos pusieron un minipizarrón de "Feliz cumpleaños Aarón" pero si el acento en la o de Aarón. Ojo aquí con su ortografía.
Iba decidido a pedir la hamburguesa Pink y hacer un reel muy pare para Instagram pero cuando me paré al baño y vi el famoso pan rosado de esa hamburguesa era feo y aplastado cambié la opción y pedí la Krispy de pollo. Mi amigo pidió una con fondeu.
Empezamos con unas bebidas. Mi naranjas muy ácida y no tenía ese sabor mineral y la pedí mineral. El vaso muy coqueto pero no me como el vaso, me tomo la bebida.
Pedimos unos camarones con panco para compartir. Aquí sí 10 de 10. Los aderezos una delicia y el que diga que no, nos agarramos a golpes.
Llegaron las hamburguesas. Las papas frías, aguadas y algunas crudas. La mía de pollo Krispy era de esos medallones empanizados del supermercado. Para la de mi amigo el mesero le batalló para dejar caer el queso, nada de fondeu y al final visualmente nada apetitosa, se veía fea y como que alguien la dejó ahí.
Todo volaba, el aire estaba loco pero pues ni como hacerle. No es culpa del restaurante, pero vayan preparados porque ahí el aire hace que todo vuele.
Volví a ir al baño y cuando salí le dije al de Recepción: Por favor que nuestro mesero ya lleve lo del pastel y la velita. Me dijeron que sí, que le dirían al mesero. Pasan 10 minutos y el mesero pasa y nos dice "ya quieren que les traiga el postre" y yo ya todo enojado por dentro y le dije sí. A los pocos minutos sonaron las mañanitas y pensé, ya traen el postre con la velita y todo muy lindo. Se acabaron las mañanitas y el postre nunca llegó. Ni sé si eran para mi amigo o alguien más.
Pasaron 10 minutos más y pedí la cuenta y dije que ya no queríamos nada. Pasó más tiempo y mejor me paré a pedir la cuenta directo en caja. Fui solo y rápido para pedir cancelar todo y que mi amigo no se enterara lo que debía recibir. Pagué la cuenta y honestamente no dejé propina.
El lugar lo vale solo por la vista. Iría por un par de tragos y no en sábado y al atardecer. Tienen kilómetros por mejorar en la comida, definitivamente no es nada rico comer aquí.
Vi gente con ganas de trabajar y hacer las cosas bien, pero también vi personas muy jóvenes trabajando por necesidad sin entender lo que el cliente necesita y por qué viene aquí y no a otro lugar.
No volvería a comer, no recomiendo el lugar para celebrar un cumpleaños. Volvería quizás por unos tragos.
No me fui enojado, me fui triste y decepcionado. Todo se arruinó. Me hice muchas expectativas del lugar por su buena calidad en fotos de Instagram.
PD. No vayan con prisa como yo, se pueden tardar en darles lo que piden y por tener que ir a una obra de teatro a punto de empezar como yo, todo se...
Read moreFuimos en sábado, quizá no el mejor día pero aún así entramos después de esperar sólo 10 minutos. Una mesera de lo más seca y grosera; afortunadamente ella no nos atendió. A decir verdad, ya casi nos íbamos pues tardaron como 20 minutos en tomar nuestra orden. Finalmente, apareció un chico muy amable, quien tomó nuestra orden. Yo pedí unos chilaquiles verdes, preguntando antes si estaban muy picosos pero me dijeron que no, que más bien eran ácidos, mi amiga pidió enfrijoladas... ninguno de los dos platillos eran muy buenos, tan sólo estaban pasables. Yo no pude terminar mis chilaquiles pues picaban demasiado; siendo este un espacio turístico deberían tomar en cuenta, que no todas las personas comemos chile y si preguntamos es por nuestro bien... Los platillos llegaron como otros 15 o 20 minutos después de haber sido tomada nuestra orden. En general la gente espera hambrienta mucho tiempo. Parecería que que tienen poco personal en la cocina o son muy lentos. No te ofrecen pan, ni nada para acompañar; el precio es por un plato medianamente servido y de calidad media-baja. El café estuvo bien, nada del otro mundo. La gente se va después de comer rápido pues la espera es eterna... Lo que vale la pena del lugar, tan sólo es la vista pero parecería que es un lugar viejo o con dueños tacaños, no sé. El baño estaba en buenas condiciones y se agradece. La verdad, no creo regresaría, no es un sitio que me inspira a hacerlo y sus trabajadores/as (exceptuando al mesero que se apiadó de nosotras) están de malas y parecen perdidos en el espacio. Sin pena ni gloria, un lugar que pudiera ser de...
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