Elegimos este local para refugiarnos de la mascletá de las 14:00, pues mi familia y yo venimos todos los años desde Madrid a disfrutar de esta fiesta con la familia Alicantina. El servicio fue estupendo, llegamos cerca de las 12:30 y nos atendieron con bien. Tomamos un aperitivo de refrescos, bravas y croquetas. Yo quedé en la mesa con mi bebé y mi marido e hijos mayores salieron a la mascletá. En ese impás, tome otro refresco y una ensaladilla y una vez terminada la mascletá, entraron de nuevo mi marido e hijos y nos dispusimos a comer. Nos tomó nota un camarero y empezó a llegar gente que sentó en sus mesas y también les fueron tomando nota de su comandas. Mientras que salían los servicios de las demás mesas, el nuestro nunca llegaba así que se acercó una camarera para tomarnos nota. Ya nos han tomado nota, le dijimos nuevamente lo que habíamos pedido y seguían saliendo comandas de los demás pero la comida de mis hijos no llegaba. Se acerca de nuevo otra camarera con lo mismo, para tomarnos nota y la respuesta fue la misma, esta camarera respondió con malas formas que quien había tomado nota, y casi un interrogatorio de aspecto y nombre del camarero que había apuntado nuestros pedido. En cualquier caso, de la manera más correcta la apremie pues ya eran cerca de las 15:00 y mis hijos no tenían comida aún. Vale vale, me contesto. Y ya a la tercera vez que llamo su atención porque seguía saliendo comida para los demás menos para nosotros, una "clienta" de la mesa de al lado me dice que lo mío no son forma, que tengo que tener más educación y respeto por la situación. Le respondí que eso era muy fácil de decir cuando ya tienes tu plato de comida caliente en la mesa, "clienta" que por supuesto había llegado muuucho después que nosotros. Ante tal respuesta, se identifica como ex-trabajadora del local e hija del dueño y empieza a increparme y molestarme hasta tal punto que uno de los comensales de la mesa del al lado tubo que gritar un "basta ya" para que se callase. Es entonces cuando uno de los acompañantes de esta tipa, se levanta y me pregunta de forma abrupta que me faltaba. Le respondí que unos montaditos pues acababan de traer las hamburguesas. Así que esta persona, se va a la cocina y nos trae un plato con 4 montaditos (habíamos pedido 6). Le dí las gracias pues apremiaba más el hambre de mis hijos que las ganas de discutir. Pero luego reflexioné porque otro día puede que no me levante tan comprensiva. Me sirvió la comida alguien entró en la cocina del restaurante y que yo no sé si tiene permiso de manipulación de alimentos y ni si se había lavado las manos o no, me increpa una tipa con el título de hija del dueño intentando darme lecciones de educación y empatía, que fueron 3 veces las que reclamé con mucha educación mi comanda y comida de mis hijos. Yo también soy hija de alguien y trabajo también mucho durante el año para poder disfrutar de estas fiestas todos los años. La próxima vez no va haber tanta comprensión, me pondré a tomar fotos, de como estaba el local, que obviamente incumplía el aforo por todas parte, mando una inspección de sanidad, porque el tema de que me sirva la comida alguien sin acreditación de camarero, pues yo no lo veo y por supuesto y atendiendo a la empatía hacia los camareros, también mando una inspección de trabajo a ver si está todo el personal dado de alta, o son "refuerzos" reguleros que hacen que la atención sea mediocre y mala y desprestigien el buen nombre de ese local. Y por supuesto, la cuenta estaba mal, y no a mi favor...
Read morePocas veces he puesto una reseña, pero hoy creo que es obligado hacerlo. Hemos acudido a tomar una cerveza y una ensaladilla rusa, la cual he de decir que nos encanta y pedimos habitualmente en cada restaurante que visitamos, que no son pocos. Al ponernos la ensaladilla rusa y probarla, hemos notado que tenía mal color, el sabor era pésimo, ya que algún producto que se ha utilizado no estaba en estado, y el olor no era para nada el de una ensaladilla comestible. Es la primera vez que nos dejamos un plato sin comer, somos cero delicados para comer, y cero delicado es quedarse corto, para notar el mal sabor, que sabia a podrido, y el mal olor junto a un color raro es porque eso no estaba en buenas condiciones de comer y hemos preferido dejarla a poder ponernos malos. Con todo el respeto y hasta con vergüenza se lo hemos comentado al camarero de la barra en voz baja ya que creemos que no era lo correcto que nadie se enterase. El problema ha venido cuando el camarero de la barra se ha puesto en tono chulesco y a la defensiva, diciéndole a todo el mundo, alguien se ha quejado de la ensaladilla, a que no?, pues no se que idea tenéis. La idea es la de pasar el fin de semana sin pasar por urgencias por culpa de vuestra ensaladilla. Todos nos podemos equivocar, yo el primero, pero si alguien con educación, respeto y en voz baja te comenta algo que repito, es la.primera que dejamos algo sin comer por estar malo, creo que hay mil formas mejores de contestar que la chulería. Pero bueno, unos tenéis chulería y una ensaladilla rusa que si va sanidad os cierra el luegar y a otros después de ponernos algo incomestible aún nos dio hasta vergüenza decirlo. Dicho esto, el camarero de barra es un cero a la izquierda para un negocio así, sin embargo luego acudió un compañero y se disculpo y dijo que gracias por decirlo. Repito todos podemos equivocarnos, y si alguien va con educación la respuesta del camarero pidiendo perdón lo cual le hemos dicho que no pasaba nada es normal, pero la chulería del camarero de la barra después de servirnos algo que si va sanidad igual lo deja unos días sin trabajar no tiene cabida. Gracias...
Read moreHemos estado este mediodía tapeando. Nada más llegar, pedimos 3 cañas; nos ponen a las dos mujeres una copa igual y al señor que nos acompañaba otro modelo de copa distinto. No le damos importancia: "no tendrán tres iguales". Conforme llegan las primeras tapas, nos llama la atención la escasez de comida pues es un bar de toda la vida y no es precisamente la primera vez que vamos. El caballero termina su caña y pide otra; le traen el mismo modelo de copa que la caña que se acababa de terminar. Pedimos gambusín que pensé que era media ración pero me cobraron una, ensaladilla rusa, calamar a la andaluza, y seis croquetas. La cuenta asciende a más de 40€ pero lo curioso es que me cobran 5 cañas, tres a 2'5€ y dos a 2'20€. Le pido explicaciones al señor de la barra y me dice que él no me ha atendido y que no sabe qué me han cobrado. Al decirle que por favor, quería hablar con la persona que me ha atendido, me contesta "uy! Ya se fue". Y me devuelve 2'20€. Ni una disculpa y muy malas formas. Así que, ya sabéis: tenemos un bar en pleno centro de Alicante que, depende de si eres hombre o mujer, te ponen una caña u otra de distinto precio y tamaño. Las raciones, aunque saben igual que siempre, son minúsculas y los precios disparados para la cantidad que ponen (si las cantidades hubieran sido las habituales, sería un precio aceptable) Por cierto, no estábamos en la terraza. Otro bar de toda la vida que, evidentemente, vive de las rentas del pasado. Siempre habrá turistas que piquen aunque creo que, cada vez más, leen las reseñas de Google. Yo no...
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