This review is a mixed review and your mileage may vary. In any case your experience will depend on how much patience you bring along. In short the food was just above adequate and worthy of a second chance though the service is very much lacking, it's better suited for a slow casual time spent with friends than a quick meal.
The setting and decor are lovely with indoor and outdoor seating plus it is conveniently located near the Barcelona Hilton, bus lines, the metro and tram lines. We arrived for a late lunch around 2pm. With 30% capacity and only two apparent servers, a male and a female waitperson plus an apparent manager, everyone was scrambling to say the least. The grossly inattentive service led to the less patient among us to become the squeaky wheel that got served in an unequal order. Our waiter took our order and then another before giving the ticket to the kitchen.
The ordered bottle of wine on the printed menu was no longer available, " it's finished" we were told , and no further suggestions were offered. Our meals arrived surprisingly in a reasonable time frame but without the necessary condiments including salt and pepper, which when finally added, elevated the seemingly bland food to an acceptable level, in particular the citrus vinaigrette.
A bizarre event left us puzzled when our waiter ran from the restaurant as if he was chasing a dine-and-dash client or perhaps to reach an expired parking meter and the police ticket issuer was approaching. We never learned what had transpired, but we're pleased when the manager brought our meals.
Time and effort were required to get a bill. When the waitress finally accommodated us she asked how was everything. We candidly explained the food was acceptable but the level of service was not, she said, "oh, I don't speak English". Stunningly it was the only part of the conversation she could not understand.
Another couple who had been struggling to get a menu went to the wait station, returning to their seats. After another five minutes they simply left.
Clearly the restaurant at our particular visit was understaffed and unapologetic. Sad really because it has a nice ambiance and interesting menu.
Wrong time of day? Wrong staff? Sadly we...
Read moreNos presentamos puntualmente 4 comensales en el restaurante La Botiga del grupo ANGrup. El mâitre del local nos recibe cordialmente en un breve espacio de tiempo y nos ofrece ubicarnos en la terraza o en el interior del local (detalle que no se nos ofreció en la reserva telefónica). Sugerimos pasar dentro, dónde él mismo nos ofrece 2 mesas libres y nos pasa las cartas al sentarnos. La camarera del rango, se acerca agobiada y nos ofrece algo para beber. Vuelve a la mesa para tomar nota y pedimos sólo los entrantes con algunos cambios (el tartar de atún con el bonito aparte y la coca crujiente de gambas con la olivada aparte). En este momento, la camarera nos informa que el sistema informático que utilizan no le deja especificar estas modificaciones por lo que deja de tomarnos nota y va a cocina expresamente para informarlos. En este transcurso de tiempo, le da tiempo a pedir nota a otras mesas y retirar platos sucios de otras. Parece que nos ha olvidado. Al cabo de unos minutos, regresa para terminar la comanda de los segundos, olvidándose completamente del vino (le pedimos un tinto). Cuando finalmente acaba de tomar nota, aparece su compañera de rango con los entrantes. Esta segunda chica, parecía que fuera su primer día ya que en varias ocasiones se acerco a nuestra mesa con platos que no nos correspondían. Por sorpresa nuestra, nos sirven el tartar con el bonito mezclado por lo que nos quejamos y pedimos que nos lo corrijan. Seguidamente, nos traen la coca de gamba sin la olivada. Cuándo nos traen el tartar de nuevo, vemos que simplemente habían retirado del mismo plato anterior el bonito, en vez de repetir el plato de nuevo. Respecto la olivada, aún la esperamos. El último entrante en llegar a la mesa, fueron unos saquitos de berenjena totalmente carbonizados. En este punto, habían servido todos los entrantes pero el vino todavía no estaba en la mesa. De repente, vemos aparecer a la camarera “nueva” con una cubitera, hecho que nos hace sospechar ya que habíamos pedido vino tinto. La chica nos presenta la versión del vino blanco, le decimos que se han confundido y nos lo cambia a tinto amablemente. Acabamos los entrantes y esperamos cuarenta minutos para los segundos. Durante la espera, el maître nos trae más pan y nos bromea diciéndonos que sigamos comiendo “que va para largo”. Entrada triunfal de los segundos: pollo al ajillo sin ajillo y la piel con pelos. Calamares a la plancha insípidos y duros acompañados con un arroz crudo. Hamburguesa de pato que por nuestra sorpresa le falta la tapa del pan. En este punto, dada la desconfianza transmitida, le cuestionamos a nuestra camarera la presencia de vacuno en la hamburguesa ya que una de las comensales es intolerante a su proteína. Ésta nos “riñe” acusando que no hemos advertido de esta intolerancia desde el principio. Aún así, no nos asegura que la pueda comer, alegando que el preparado viene de un “obrador” y que no disponen del registro de alérgenos por ser un plato del día. Los postres, cafés y el pago de la cuenta, transcurren con normalidad. Pasados unos minutos, nuestra sobremesa queda interrumpida por nuestra camarera al querer levantar completamente la mesa por su cuenta, retirando incluso el mantel. Ante este gesto de incredulidad y malas formas, decidimos irnos sin reportar nuestro enfado al maître ya que nuestra situación parecía ajena a él. Los dos puntos positivos que se pueden destacar, fueron unas raciones generosas y la predisposición y amabilidad de nuestra camarera. Personalmente, de no haber sido de la confección de este informe, nos hubiéramos levantado de la mesa e ido durante el engaño con el plato con bonito. Ni volveremos ni lo...
Read moreIf you’re visiting Barcelona, La Botiga Pedralbes is an absolute must-visit! From the moment we walked in, we were greeted with warm smiles and an inviting atmosphere. The prices are incredibly reasonable, especially considering the high quality and deliciousness of the food. It’s rare to find such an exceptional dining experience at such a value in a city as vibrant as Barcelona.
One standout aspect of our visit was the impeccable service. Andrian, one of the waiters, went above and beyond to make our experience unforgettable. He was incredibly polite, attentive, and genuinely passionate about helping us choose the best dishes from the menu. Thanks to his expert recommendations, we enjoyed a meal that was nothing short of perfect.
Whether you’re a foodie looking for local flavors or just seeking a great spot to relax and dine, I cannot recommend La Botiga Pedralbes enough. It’s a gem that truly elevates Barcelona’s culinary scene....
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