Estuvimos este verano y la EXPERIENCIA fue brutal. Lo pongo con mayúsculas. Se trata de un omakase, que significa “ponerte en las manos del chef”. Así que después de decir tus tolerancias en la reserva, te fías 100% de el. Victor además de un gran chef, es una compañía fantástica, con una conversación amena, el espacio, acogedor y pequeño, hace que todo tenga un aura especial. Pero esto no es un sitio de charlas, sino un restaurante. La experiencia es como si estuvieras en el mismo Tokyo, solo que con como máximo 10 comensales. Víctor muestra lo que nos va a preparar, pescado de primera calidad. Mientras va haciendo el arroz, que ya huele bien. Van llegando los otros comensales y puedes charlar. La sensación es que estás comiendo entre amigos en un callejón de Japón. Víctor va contando los productos que tiene, como los va cocinando, un poco de historia... El mimo con el que los trata, te da a entender que lo que vas a comer es más que excelente. Además, tiene una carta de vinos que tiene mucho vino de Jerez, todos seleccionados porque maridan bien. También cervezas y sakes. Lo que comimos lo enseño en las fotos, brutal todo, es más fácil explicarlo con imágenes. Pero el cómo lo hace y cuenta, es muy entretenido. Es una experiencia un tanto larga, es lógico, tiene que preparar todo, lo que comemos lo ha limpiado la noche anterior, y todo es excelente. Es un viaje gastronómico al mismo Japón, con un toque jerezano. Fueron 15 pases (platos), degustándolos con un buen vino. Además, es una clase magistral de cocina japonesa. Mi enhorabuena a Víctor, ha traído a Jerez un concepto desconocido con una calidad súper alta. Si hablamos de precio, no es caro, aunque pueda parecerlo. En otros sushis restaurant de alto nivel que he estado, el sushi cuesta entre 13-16€ y aquí son muchos platos.Eso sí, si te interesa ir, debes reservar, ya que Víctor prepara solamente la comida para los 6-10 comensales. Ha sido un gran descubrimiento, nos...
Read moreL'esperienza che si vive al ristorante Tsuro, dello chef Víctor Jaén Mateos, è davvero illuminante, come un faro che si accende nella notte tenebrosa dei risto-jap "all you can eat". Sono dovuto andare in Spagna (per il Giappone ci attrezzeremo in futuro!) per avvertire i miei primi, reali brividi con la cucina giapponese. Un menù tutto a discrezione dello chef, otto soli posti a sedere di fronte al suo bancone, un'atmosfera che più confidenziale e colloquiale non si potrebbe... In tutto questo, lo chef che lavora, spiega, grattugia, plasma, mette sul fuoco, fiammeggia e, soprattutto, chiarisce, momento dopo momento, la filosofia del sushi nigiri, quella pallottolina di riso bollito con sopra una fettina di pesce crudo che, comprato in un supermercato, ti pare di plastica e ti chiedi... "ma che avrà mai di così eccezionale?".
Ecco, al ristorante Tsuro comprendi che cosa ha di così eccezionale! Perché i nigiri creati dalle mani di Victor ti tatuavano nell'anima gli ideogrammi della felicità, della gioia, della goduria. A ogni (ahimè minuscola) portata, avrei voluto gettarmi ai suoi piedi e implorarlo di darmene ancora, a qualsiasi prezzo.
A proposito di prezzo: costa 80 euro a testa, bevande escluse, che puoi prendere liberamente dai vari frigoriferi nel locale. Non ti aspettare un'abbuffata: non sei lì per quello. Sei lì per godere di qualcosa che il tuo palato non ha ancora provato, a meno che tu non sia andato direttamente in Giappone o in un altro grande ristorante di sushi.
Esperienza lunga (la serata è durata 4 ore, dalle 20 alle 24), cosa da tenere in conto se si è stanchi. Ma per altri nigiri ci sarei stato anche altre...
Read moreIt is rather like a small dinner party at someone’s home, with your chatty host Victor doing the cooking and the guests pouring their own wines from the coolers (at surprisingly cheap prices). Lots of delightful Japanese touches and some wonderful Japanese tableware. The food was excellent, with the marinaded salmon sashimi the best fish course. Lots of umami flavours became a little tiring by the end of the evening so a palate cleanser would have been welcome. Standout was the rice, beautifully seasoned little...
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