Agarimo taberna — Restaurant in Madrid

Agarimo, vuelta a los escabeches y encurtidos

Nuestro último día en Madrid nos llevó a visitar el museo Sorolla y, posteriormente, a comer al cercano restaurante Agárimo. Este lugar tiene raíces gallegas, pero cuenta con un chef joven que da un giro moderno a los platos tradicionales. La verdad, el gran imán fue la famosa tortilla de manitas, de la que tanto se ha escrito y hablado en las redes.

Fue una comida para 2 personas y pedimos todo a compartir

💶 El coste de esta comida fue de 44,5€ por persona todo incluido y de 35€ por persona sin incluir las bebidas (vino, agua, cafés, cervezas, refrescos, copas…).

🍴 Con el servicio de pan y mientras esperábamos los primeros platos, nos trajeron una mantequilla de grelos que nos pareció sencillamente deliciosa, casi como si la hubieran hecho con un toque de magia gallega. 🍴 Lo siguiente que pedimos fue ron unas ostras con salsa de pollo asado. Estaban buenas, pero en realidad deberíamos pensar en ir al psicólogo para averiguar por qué pedimos siempre ostras con distintas salsas coma cuando lo que de verdad nos gusta, pues son al natural y con unas gotas de limón. Para los aficionados a los experimentos es recomendable. 🍴 A continuación vinieron dos croquetas de pollo en escabeche. Originales y muy ricas. 🍴 Después vino la célebre tortilla de manitas. Aquí es donde las expectativas nos jugaron una mala pasada; tras tanta publicidad, esperábamos un plato que nos dejara sin palabras y nos encontramos con una buena tortilla, sin más. Personalmente, esperaba más sabor y tropezones de manitas, pero no se notaban demasiado. 🍴 Corvina con salsa de cocido y repollo encurtido. Pedimos este plato un poco por completar la comida de una manera ligera, ya que esa noche teníamos cena con unos amigos. Y de repente, ¡oh gran sorpresa!, nos encontramos con un plato magnífico que nos llenó de felicidad y nos dio una razón más para volver a este restaurante. Magnifica la corvina como producto y fantástica la combinación de su sabor con la salsa de cocida y ese puntito de vinagre que daba el encurtido. 🍰 De postre, buscamos algo ligero y nos ofrecieron fresas en escabeche con helado y nata. El plato estaba excelente, aunque la cantidad de fresas nos pareció escasa en comparación con el helado y la nata. Al final, nos quedamos con helado porque las fresas desaparecieron demasiado rápido. Si el plato se llama “fresas con algo”, las fresas deberían ser el componente principal.

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Viernes en Ponzano, reserva a las 22:15pm para cenar, llamamos previamente a las 21:30pm para hacer un cambio en la reserva. Con las horribles dificultades para aparcar en el barrio, fallo nuestro, llegamos al restaurante a las 22:38pm (su horario según Google es hasta las 2:00am viernes y sábados) con una embarazada de 8 meses y nos dice un camarero que es posible que haya cerrado la cocina, que va a preguntar. Oímos abajo que grita algo como “Se han presentado unos y bla bla…”. Sube y nos dice que nada, que no nos dan de cenar, que ya han recogido la cocina, sin mucha más explicación ni disculpa. Respeto que la gente que trabaja tenga su horario y necesite descansar, pero que no te den de cenar, un viernes noche en Ponzano, sin avisar, habiendo hablado 1 hora antes, y cerrando supuestamente la cocina 15 minutos después de la reserva, cosa sorprendente… no me parece razonable y una forma de ahuyentar bien lejos a los clientes. —- Aclaraciones sobre la respuesta del propietario: No llegamos media hora tarde, fueron 23 minutos. No estamos, al menos yo, acostumbrado a nada y respeto el horario de los trabajadores en general, el de todos, no sólo el de la hostelería. Lo que me cuesta creer es que, si hubiéramos sido absolutamente puntuales, en 23 minutos hubiera dado tiempo a sentarnos, servirnos bebidas, elegir la comanda, cocinar todos los platos y servirlos, y eso para todas las mesas con reserva a esa hora, si hay más. Porque me está diciendo que dan reservas a las 22:15 (sin avisar del cierre de cocina) pero cumplen el horario de los trabajadores y no hacen nada en cocina pasadas las 22:30. ¿15 minutos para que lleguen, sentarles, atenderles, comanda y cocinado? Otra cosa muy diferente es que, llegando tarde, me digan que la cocina va a cerrar, que pidamos rápido y que no podemos pedir nada después si no lo pedimos ya. No habría queja. Cuando llegamos pedimos disculpas, dimos los motivos, y ante la negativa nos fuimos, pero yo soy cliente y tengo clientes y sé lo que es o no un buen trato, y se lo que es el respeto al horario y la flexibilidad en mi trabajo y en otros muchos establecimientos cuando alguien se retrasa por motivos de fuerza mayor. —- :( No retrasamos nunca la reserva, siempre...

Reseña de noviembre de 2023: Es una pena porque he leído y, sigo leyendo, un montón de reseñas súperbuenas de Agarimo, pero nosotros no tuvimos una experiencia tan buena allí. El local es pequeño, por lo que muy recomendable reservar. Su carta es muy corta, cosa que parece buena señal, porque no debería haber ningún fallo. Los entrantes que pedimos sí que nos gustaron mucho: la ostra con jugo de caldo de pollo, limón y eneldo, y la croqueta de guiso de pollo en escabeche. Mucho sabor y buenísima presentación. Después pedimos la tortilla con manitas, el plato que nos motivó a venir a Agarimo. El punto de cuajado y la jugosidad de la tortilla era sobresaliente, pero no notamos esa presencia de las manitas más que a nivel visual, con algún trozo que había. Y después pasamos a los segundos, que no nos convencieron nada. Probamos la carillera con salsa de algarroba y setas de cardo, y la corvina con caldo de cocido y repollo encurtido. Para mí el problema fueron las salsas, subidísimas de sal, que parecía que se había abusado de potenciadores del sabor, estilo Avecrem... Además, las setas de la carillera parecían de conserva y no naturales. Terminamos con un postre que levantó algo la experiencia, porque estaba verdaderamente rico. Era "Algarroba, pan y AOVE", muy interesante, con muchas texturas y contrastes dulces-ácidos. Pagamos unos 35€ por persona. El personal es amable y el ritmo de los platos fue adecuado. Al final de la comida nos sirvieron como detalle unos trocitos de bizcocho de almendra, estilo Tarta...