Bajo una silueta sobria y discreta, se presenta BAKKO con caligrafía acertada y un tanto psicodélica, se accede y de inmediato se nos recibe y acomoda en barra en atención a nuestra petición.
Ambiente formal y acogedor, luces tenues que acertadamente envuelven el espacio, un estilo discreto pero a conciencia concretado en paredes grises y perfiles oscuros en contraste con blancos y crudos donde el color está prácticamente eliminado, prescinde absolutamente de aderezos artificiosos que distraigan de lo realmente importante, tan solo se puede observar una aparato que no logro a identificar como extractor/aire acondicionado o similar, en cualquier caso, un mina insultante al local que por todo lo demás, impoluto.
Se opta evidentemente por tomar lo que se nos presente bajo la etiqueta oriental del OMAKASE, y se nos ofrece la bodega encuadernada bajo un formato reducido envuelto en piel roja tremendamente insinuadora, la propuesta está cuidadosamente seleccionada, y me resultó fascinante el acierto por la cantidad de referencias, más de las justas y en cualquier caso muchas menos de aquellas cartas infinitas que sollozan al más aventurero, la calidad del bebercio es altísima, más me llama la atención la presencia de caldos de muy difícil acceso por su limitada presencia y alta demanda en la actualidad, véanse caldos de A. Rosseau o los tan de moda K. Shiogai o C. Lachaux, sin embargo, optamos directamente por dos de las opciones que más la atención me resultaron su presencia en carta, la primera las burbujas del tan afamado Johannes Ausfritch, excelente espumoso Chardonnay que pudiera proceder del mismísimo Epernay, repito, excelente, servido en cristal refinado al estilo winewings a temperatura de cata fresca templada, nótese como se enfrió excepcionalmente rápido a nuestra demanda en un servicio impecable por parte de la somelier a la atención en todo momento de nuestras peticiones.
Los primeros pases del menú impecables, particularmente las gyozas excelsas, vieiras sabrosísimas, fondos trabados y presentaciones impolutas.
El sushi de altísima calidad de producto y corte, el arroz en su entramado perfecto con la salinidad oportuna, una auténtica delicia el distinto pescado superpuesto, goce por los cuatro costados, más si cabe con el toro, caviar o carabineritos.
El mero y setas sublimes más allá de una imagen trapecista y milimétrica, regados con una segunda botella que resultó un verdadero elixir otra vez Adrien Lattard en su versión más humilde, el aligoté de 2022 que resulta a la altura del mersualt de la bodega, servida en copa SPEIGELAU borgoñesa.
El Katsu de costilla, brutalmente delicioso y sabroso que nos supuso repetir pase.
La guinda, el mochi silvestre de frambuesa y fresas, impecable, equilibrado, una delicia.
La propuesta de cocina me resultó a la altura de la mejor oferta de la capital como mínimo, esa inspiración NAKEIMANA es innegable, si me apuran puliendo asperezas canallas para todos aquellos que nunca lo fuimos.
La estética del local muy adecuada, elegante y un espacio con el gusto necesario para tal escenario, cristalería y cubertería a la altura, vajilla acertada y discreta donde el majar viste más que el traje, el bordado de las servilletas algodón/lino apreciable, sea significativo como el ruido de fondo se disfrazaba con música ambientada de la pude llegar a adivinar algunos clásicos de Radiohead o Duft Punk prácticamente imperceptibles pero que a mi juicio sazonan y no amargan.
El personal, eficiente, joven, fresco, profesional y sobre todo en su "sitio", reconozcámoslo, como deba ser, una atmosfera de trabajo quizá algo tensa en los prolegómenos pero afable en su desarrollo, predigo un equipo unido y buena comunión, nótese como un chico del personal me recogió la americana hasta tres veces del suelo hasta que me ofreció su resguardo con tremenda educación y empatía.
Sea como fuere DIOS Bakko o DIOS Apolo, el NIVEL del proyecto...
Read moreThe portions were very small especially for the price. First time in Madrid I have been to a restaurant and spent €100+ pp without alcohol and stayed hungry. We had to order a steak just so we wouldn’t starve. The size of the nigiris were very small. Also the rice was a little strange, falling apart and soaked in soy sauce as well. The time between each dish was very long. We would eat one nigiri and wait 15 mins for the second one to arrive. At the end we wanted to order some tea and got an answer that the restaurant hasn’t received tea yet....
Read moreI visited this restaurant last night. While the staff was very friendly and welcoming, the food unfortunately needs some improvement. The sushi rice was falling apart and overly soaked in vinegar and soy sauce, which made it hard to enjoy. We asked for tea but were told they hadn’t received their tea. The sashimi pieces were unusually small, and I’ve never had rice fall out of sashimi before. Not sure if this is a new spot, but there’s definitely room for improvement in both presentation...
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