Osaka Madrid is not only a beautiful restaurant with a great ambiance, nice music, lovely decorated even the washrooms give you the feeling of warming classy Japanese We were served by Miguel Macias an incredible host who gave us some suggestions and took the time to describe us each plate to better enjoy each bite. Each service was delicious and nicely presented . Une oeuvre d'art à chaque assiette. This was not only a gastronomic experience but a complete adventure. Highly...
Read moreOsaka no me ha encantado. Hemos empezado bastante regular con las gambas de su “raw bar” donde describen que son de Palamós /huelva. Será que no he comido suficientes gambas en esos lugares, pero jamás he comido ese tipo de gamba ni en Palamós, ni en Huelva. Ni por su tamaño, ni por su sabor diría que tiene esa procedencia. Si no pueden asegurar que son de allí, mejor que no lo pongan porque crean falsas expectativas. Los nigiris están ricos, porque hacen unas salsas nikkei riquísimas. En cuanto al arroz, muy escaso para mi gusto. Los rolls muy ricos y genial calidad precio, volvería a comerlos. Diría que de mis favoritos de entre muchos restaurantes. El pulpo anticucho rico de nuevo por la salsa. Diría sin duda que su punto fuerte son las salsas. Lo que me ha rematado ha sido que no hubiese copas de vino en la carta, lo que les permite darte un precio X siempre que quieran, cosa que debería ir detallada en una carta. Finalmente hemos pagado 8€ por una copa de albariño, el cual la botella cuesta 18€. No me quejo por el precio, que también, me quejo por la falta de transparencia. Me gusta saber y poder elegir qué quiero pagar. El servicio bien, le falta rodaje pero bien. El...
Read moreCuando se anunció la llegada de Osaka, uno de los nombres más celebrados de la cocina Nikkei Peruana a Madrid, la expectativa fue enorme. Pero bastaron unos minutos en el local para darse cuenta de que algo no encajaba: habían traído el nombre, la decoración, la carta pero no a los peruanos.
En sala, ni una pizca del desparpajo o la calidez que caracteriza el servicio peruano. Y eso se nota. Mucho. En la cocina ningún acento limeño, el ceviche parece ejecutado por alguien que leyó un pdf.
Es curioso ver cómo un restaurante que en Lima rebosa identidad, energía y sazón, se transforma en Madrid en una franquicia bien decorada pero sin voz propia. Se nota la inversión, la estrategia, el marketing, pero falta lo esencial: su gente.
El servicio, por su parte, cumple el protocolo, pero no la emoción. No hay historias detrás de los platos, ni esa complicidad del “te va a gustar este ají o este producto crece en esta región hermosa de mi país”que hace tan viva la experiencia peruana. Aquí todo está ensayado, sin alma, sin acento.
Osaka Madrid podría ser un recordatorio incómodo de que no basta con exportar una marca; hay que exportar también...
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