Una vez más nuestros amigos burgaleses (cuando alguien es de Burgos hay que decirlo) Mariola y Raúl nos invitaron a comer. Nos llevaron a un sitio que no conocíamos, aunque Raúl ya conocía a Jesús de otras andanzas gastronómicas. La primera impresión fue muy grata, un local acogedor decorado con muy buen gusto. Nos recibieron con un aperitivo de salmorejo de tomate amarillo con espuma de ahumados. Inmediatamente todos nuestros sentidos despertaron y se centraron en prepararse para disfrutar de lo que se avecinaba. Muy mal se tendría que poner la cosa para que no degustaramos unos platos que nos transportarán a una nueva dimensión gastronómica. Y efectivamente eso fue lo que pasó. El ubico problema de la tarde surgió cuando nos dieron la carta, los cuatro nos sentíamos como niños en una juguetera de la que sólo puedes coger tres o cuatro juguetes y no sabes cual escoger ya que te encantan todos. De pronto Raúl llamó a Jesús y el problema desapareció. La experiencia y profesionalidad de ese gran Metre nos organizo u menú degustacion, y nosotros solo tuvimos que dedicarnos únicamente a disfrutar, disfrutar y disfrutar. Arrancamos con un tartar de Atún y unos torreznos que eran pura fantasía. Seguimos con unas cocotxas al pil-pil y abordadas que directamente nos llevaron a la costa de Bermeo, Zarautz o cualquier pueblo de la costa de Euskadi. Cuando creíamos que ya no se podía disfrutar más llego el carpaccio de matanza con foie. Un verdadero regalo para el paladar más exquisito. Y para que el bajón del viaje no fuera muy traumatico, nos sacaron un bacalao al pil-pil sobre añadirlo alcarreño que te hacia desear que eso no acabara nunca. Gracias a Dios no fue así, todavía faltaban los postres, nuestros estómagos nos decían que no podían más, pero nuestros sentidos nos obligaban a seguir "sufriendo ". Y como todo gran espectáculo que se precie, este no podía terminar sin un apoteosis final. Su tarta de tres quesos y su tarta templado de manzana pusieron el broche final a un viaje alucinante por un paraíso gastronómico del que no queríamos salir. Sólo nos quedaba del consuelo de que algún día volveremos a Amparito Roca para volvernos locos otra vez con todas sus exquisiteces. Tengo que hacen una mención especial a una bodega espectacular donde no faltan los mejores vinos. Y por supuesto no puedo dejar de mencionar y agradecer al amigo Jesús sus sabios consejos a la hora de elaborarnos el menú. El trato amable, cercano, educado y divertido en todo momento tanto por su parte como por parte del resto del servicio. Y el personal de cocina que se encargan de tratar con mimo, sabiduría y gran experiencia los excelentes productos que llegan a su despensa para elaborar unas exquisiteces dignas del paladar más exquisito y exigente. Y para finalizar agradecer a mis grandes amigos burgaleses (insisto cuando alguien es burgalés hay que recordarlo siempre) Mariola y Raúl, por su enorme generosidad al hacernos participar de esta gran experiencia. Resumiendo, si estás por Madrid, si vives en Madrid o si vienes a Madrid, no dejes de visitar a los amigos de Amparito...
Read moreYou just have to stop here for a drink and a some tapas.
I made this terrace my local hangout. Cold beers, excellent tapas at a great spot with professional service. I’ve only been to the terrace, not indoors. But I’ve been 10 times in a month.
Food 5/5 Every dish i tried was brilliant. for example: The croquetas, ensaladilla rusa and the ventresca de atún con pimiento , are hands down the best I’ve ever had. No joke. Given that these are Spanish tapas staples, it’s hard to imagine that they could be the best- but they truly are! They make these with little delicious twists. I’ve attempted to copy the recipes at home!
Service 5/5 Super friendly and professional!
Ambience 5/5 It’s well located and there’s a lovey crowd
If you’re in the market for top quality tapas that blow your mind, then this is...
Read moreBuenos días, fuimos a comer cinco personas por recomendación de una de ellas, cliente del restaurante, todo comenzó bastante bien, nos toma la comanda, el dueño del local que hace de maître y le pedimos para compartir unos callos y algo más, nos indica que nos pondrá una tapita de salmorejo que está muy rico, para cambiar boca entre primeros y segundos, de segundos platos de cuchara del día y un comensal pide pescado. De bebida una botella de vino magnum y agua. Todo bien, al poco vuelve el propietario diciendo que el vino pedido no le queda y que tiene el mismo en reserva, dos botellas, le preguntamos cual sería el precio y nos indica que bueno sería 80E und. , nos parece bien y lo pedimos, la comida muy buena y el servicio muy atento, como nos pareció adecuado, le indicamos al camarero y nos llevamos la segunda botella y nos la coloca enfundada en la mesa. Ahora empieza la tragedia griega, llega el dueño y nos monta un espectáculo en la mesa diciendo que ellos no son una bodega y no venden vinos y menos a ese precio, le indica al camarero que retire la botella, todo esto de muy malas formas y mal educadamente, en voz alta. También tienen que retirar la cuenta para corregirla, cuando nos traen la cuenta, vemos que el vino ya no esta a el precio pactado sino a 90E y que los callos nos cobran 5 medias, a 18E cuando entera son 25E y que el salmorejo, cinco tapas, 46E, lo indicamos y sale otra vez el dueño soltando improperios e insultándonos, y dice que nos vallamos sin pagar pues a el las personas como nosotros le sobran en su restaurante. Nos quedamos helados y con un enfado monumental, insistimos bastante para pagar, al final nos traen la cuenta, la abonamos y nos fuimos con mal sabor. El propietario y su mala educación nos fastidio una comida de amigos, jamás ninguno de los comensales volverá y todos hablarán negativamente de esta experiencia. Este restaurante esta borrado de lo adecuado en Madrid y por cierto es carísimo, unas lentejas buenas pero normalitas en platos sin gran cantidad 25E, igual que las pochas, es una pasada. Ahí dejo la nota. Mucha gracias y espero que esta descripción sirva para que otros posibles comensales declinen su intención...
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