Los Rafeles since 1969 — Restaurant in Palma

We have enjoyed eating at this restaurant for many years. The food was fantastic and so was the service. It has recently been renovated and we were eager to go back and see the change. Unfortunately the experience has been disappointing from start to finish. We were first greeted by a very unpleasant manager who didn’t want us to change our reserved table outside to go inside, claiming the restaurant was full. We were finally allowed to sit inside where more than half of the restaurant was empty. At least five tables remained empty throughout the lunch service so the claim of the restaurant being full was clearly a lie. We really missed the previous waiters who were so friendly.The renovation was unnecessary as the place still doesn’t look modern. Then the food: the classics that the restaurant used to serve were removed from the menu; one of the proposed suggestions we ordered was finally not available and the pasta dish was literally 5 ravioli. The wait was very long and when we tried to order desserts 3 out of the 8 (or so) proposed were again not available. And the cherry on the cake was the bill, €50 per person without any wine and no desserts (just two starters and 3 dishes). We will clearly not be returning any time soon. A real pity after the very nice history the restaurant...

Un lugar que lleva abierto muchos años al que jamás había ido y que pensaba que estaba al nivel de Casa Jacinto o al menos de Don Caracol, pero no al tratarse de un restaurante tipo mesón y estar localizado en Paseo Mallorca, pero la realidad es que es más tipo Es Celler de Plaza Patines pero con precios elevados. El personal muy servicial y agradable pero la preparación y presentación terribles. En primer lugar, aunque nos dispusieron una mesa en un reservado, al menos en toda mi área estaba lleno de migas, incomprensible cuando se supone que la mantelería y cubertería estaban sin emplear. Pedimos tres raciones de chuletas de cordero y en lugar de servir platos individuales nos pusieron una bandeja ovalada de metal con las supuestas tres raciones de costillas y patatas sumergidas en un charco de aceite aderezado con un exceso de limón que daba un sabor ácido y agrio. La sepia en salsa parecía más un plato para servir "variados" tipo "pica-pica" que un plato de carta. A la hora de los postres, estos fueron mejores que los platos principales, bien presentados, tampoco excepcionales. Y finalmente, solicitamos dos infusiones y nos fue entregada una jarra para dos con té en lugar de infusión menta-poleo, y para rematar, mi taza estaba totalmente manchada de pringue grasiento por la zona a beber y tuve que solicitar una nueva. Ah! Siendo un reservado tuvimos intromisiones varias, incluida la del que debía ser el propietario, mostrando su local a otros clientes. Todo esto en un día clave de celebración familiar, que, por lo menos a mí, me dejó claro que no iba a volver cuando al salir por la puerta está estaba coronada por dos tortugas disecadas. ¡Estamos locos o qué! Ah! Y lo que nos pusieron para picar y esperar el entrante era butifarrón picante, jajajaja ¿en serio? Un maldito desastre desde...

En nuestro primer día en Palma decidimos, abatidos de cansancio y con hambre, comer en este restaurante. En la terraza había toda una familia reunida y un par de comensales más y nos pareció buen sitio para saciar nuestra hambre. Mala suerte la nuestra al decidir sentarnos. Tardamos en ser atendidos por el camarero, pedimos los primeros, los segundos y la bebida y aguardamos a que llegaran. Pero nunca llegaban. Pasaron 20 minutos hasta que me trajeron mi ensalada y hasta 40 minutos para que a mi pareja le trajeran su tortilla de patatas. No tuvimos mucha más suerte con los segundos, ya que tuvimos que aguardar 10 minutos más a que nos retiraran los primeros y otros 10 para que nos sirvieran los segundos. Desde luego no nos arriesgamos con los postres. Para rematar la experiencia, nos extrañamos al ver que en la factura nos habían cobrado 15€ por las albóndigas, cuando en la carta decía 10€. El encargado se excusó diciendo que ese día eran albóndigas de fuá y que por ese motivo eran más caras. Nadie nos avisó cuando las pedimos, de forma que pedimos, exasperados aunque de buenas maneras, que rectificaran el ticket. Y así fue.

Lo único que puedo destacar es el trato del camarero (casi tan exasperado como nosotros por la demora) y que por lo menos la comida estaba buena, pero desde luego por el precio y el tiempo de espera no valía tanto como debería. No lo recomendaría nunca, no volveremos. Muy mala experiencia, sobretodo teniendo en cuenta los maravillosos restaurantes que tuvimos la suerte de encontrar días más tarde.

Suerte para...