El majestuoso Teatro Olympia de Valencia, situado en la calle San Vicente número 44, es mucho más que un edificio; es un reflejo de la rica historia arquitectónica y cultural de la ciudad. Con una ubicación envidiable en el distrito de Ciutat Vella, este edificio de 1915, diseñado por el renombrado arquitecto valenciano Vicente Rodríguez Martín, emerge como una joya arquitectónica que cautiva la atención de quienes transitan por sus alrededores.
Enclavado en el solar donde una vez se alzó el convento de San Gregorio (derruido en 1911), el Teatro Olympia ocupa un lugar destacado en una manzana que se encuentra entre las históricas calles San Vicente y Músico Peydró, dos arterias emblemáticas que han sido testigos del devenir comercial y turístico de Valencia a lo largo de los años. Su geometría trapezoidal, que recuerda a un rectángulo acortado en uno de sus lados menores, otorga al edificio una singularidad que se refleja tanto en su distribución espacial como en su decoración emblemática.
El proyecto original, fechado en 1914, dio vida a un edificio de siete alturas que reúne cuatro bloques de viviendas y un teatro, que ocupa el corazón de la parcela con su acceso desde la calle San Vicente. La singularidad de este edificio radica en la partición de la manzana en cuatro partes iguales, una concepción arquitectónica que subraya la independencia de cada esquina como una finca urbana única, aunque todas se amalgaman en un conjunto armónico. Los patios de cada bloque, con acceso desde las calles laterales, enmarcan el frente principal del edificio que da a la calle San Vicente, una fachada que aloja los accesos al teatro y a los bajos comerciales, revelando su función más pública.
El Teatro Olympia es una obra de grandeza y ambición, destacándose como uno de los primeros edificios en Valencia en utilizar estructura metálica en su construcción y en contar con instalación de ascensor. Este imponente edificio también adopta una distribución social clásica en altura, con un rango gradual de alturas desde el entresuelo principal hasta el último piso, de menor altura.
El estilo arquitectónico del edificio exhibe influencias del estilo internacional, fusionando elementos decorativos con la geometría de la parcela. La composición de las fachadas presenta dimensiones diferenciadas y usos variados, lo que permite al autor explorar una rica variedad de elementos decorativos y estilísticos.
La sala interior del teatro es un remanso de belleza, donde los motivos naturalistas y los colores intensos como el negro y el rojo fusionan la modernidad con un toque wagneriano. La riqueza decorativa se despliega en cada rincón, desde las columnas de mármol rosado de Alicante que flanquean el acceso, hasta la gran marquesina de hierro y cristal que enfatiza la entrada.
El Teatro Olympia ha evolucionado a lo largo del tiempo, adaptándose a las necesidades cambiantes de su entorno y público. Desde su construcción hasta su papel como precursor del estilo internacional en Valencia, este edificio ha sido un faro de innovación y expresión arquitectónica.
En definitiva, el Teatro Olympia de Valencia es un legado arquitectónico y cultural que trasciende el tiempo. Desde sus detalles intrincados hasta su evolución arquitectónica, este edificio es un testimonio vivo de la creatividad y la ambición de su época, arraigado en el corazón de la ciudad como un símbolo de grandeza y...
Read moreEs un teatro de los clásicos de Valencia, que a mí parecer necesita una actualización. Es bonito por dentro pero las nuevas generaciones son más grandes en todos los sentidos. He ido en dos ocasiones a ver monólogos, la primera estuvimos arriba ( tengo diversidad funcional y mi marido también) y la escalera para subir es matadora. Es cierto que les informamos de nuestra condición y nos dejaron entrar los primeros para no molestar ni ser molestados en nuestra ubicación. Pero fuimos con mi hijo, que mide 1'95 y es un hombretón ancho de espalda, grande en general. La verdad es que estuvimos encajados los tres en las plazas casi sin poder movernos hasta el final de la función. En la segunda función ( mi marido tuvo la precaución de comprar las abajo para evitar las escaleras asesinas) y nos tocaron otras butacas donde a mí y a mí hijo nos dieron hasta rampas y calambres en las piernas. Hemos comprado entradas para septiembre y diciembre para otros monólogos en palcos, a ver si allí estamos más cómodos, pero por ahora mi opinión es que las butacas son incómodas. Si, cabría la opción de comprarlas donde delante hay un pasillo de tránsito pero no siempre están libres y en el plano ( cuando te dispones a su compra) no viene bien indicado cuales son. Es un problema serio, no todos son de 1'70, al revés las nuevas generaciones cada vez son más altas y anchas. Sin ir más lejos yo tengo 53 años y ya mido 1'75 soy alta para mí generación. Los amigos de mi hijo que tiene 18 años son todos enormes... Hay que actualizarse. Creo que el estado y el capital europeo deberían subvencionar éste tipo de actualizaciones. Cierto es que se perderían butacas pero es mejor verlo cómodo. No sé disfruta del espectáculo, sinceramente. Y si, no todas las personas de diversidad funcional vamos en silla de ruedas a veces simplemente llevamos una muleta, sufrimos perdida de audición, u otro tipo de condiciones. La accesibilidad en este teatro no...
Read moreReseña del Musical *Los Niños del Coro
Anoche pudimos disfrutar del musical, Los Niños del Coro es un espectáculo que brilla en cada aspecto imaginable. Desde el primer momento, el público se ve sumergido en una atmósfera mágica, gracias a las voces excepcionales de todos los actores, tanto niños como adultos. Cada interpretación vocal es una joya que resuena con una claridad y emotividad que pone la piel de gallina.
Los niños actores se destacan no solo por su talento vocal, sino también por su capacidad para transmitir la inocencia y el fervor de sus personajes. Los adultos, por su parte, aportan una profundidad y una pasión que complementan perfectamente las actuaciones de los más jóvenes, creando un equilibrio armonioso en el escenario.
La puesta en escena es igualmente impresionante, con una escenografía y un diseño de luces que transportan al público a la época y lugar donde se desarrolla la historia. La dirección ha sabido capturar la esencia del relato original, haciendo que cada escena sea una experiencia visual y emocional.
En resumen, Los Niños del Coro es un musical que no se puede dejar pasar. Es un espectáculo que recomendaría a todos, ya que no solo ofrece entretenimiento de alto nivel, sino que también toca el corazón y deja una impresión duradera. Sin duda, una obra que merece ser vista...
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