Hace mucho tiempo quería probar el Hansoban. Había escuchado buenos comentarios en general, aparte de que estaban en la ruta de los musts de restaurantes Koreanos en Santiago, por lo que tenía expectativas de sorprenderme (positivamente). Llegamos y había fila afuera, pero avanzó rápido y pudimos entrar a sentarnos en el primer piso. El local por dentro no tiene personalidad, todo blanco, de loza, ruido de extractores, radiadores y aires acondicionados, sin música de ambiente ni decoración. Primera mala señal, pero ok, queríamos probarlo. Luego el servicio muy lento, a pesar de tener botones para llamar a la mesera, ignoraban la campana y no venían a tomarnos el pedido. Una vez que logramos que viniera pedimos y al rato nos trae una entradas extrañas, no muy sabrosas y todas frías, asumimos que eran así. Luego el primer plato, “arroz con mariscos cubierto por un panqueque de huevo”. De mariscos no tenía casi nada, se suponía que tenía calamar y no era cierto, mientras que los camarones eran microscópicos, nada parecido a los de la foto, y por último cubierto en un ketchup de pésima calidad, demasiado dulce. El plato no estaba bueno, aceitoso, poco sabroso y por sobretodo, no era lo que prometía. Luego el bibimbap; mejor que el primero pero le faltaba sabor. El arroz parecía no tener sal y al pedir soya o algo para realzar el sabor, jamás nos la trajeron, siendo que la pedimos en más de una ocasión. Un plato típico Koreano, regular, pero nada para recomendar. El último plato fue la sopa de mariscos. Te la traen a la mesa en una cocinilla, lo que parece poco práctico, pero se puede aceptar. Decía que tenía fideos udon, los cuales fueron reemplazados por fideos de ramen sin consultar. Al reclamar, nos ofrecen devolver el plato, pero cuando ya llevas más de 1 hora esperándolo, no hace mucho sentido irte sin probarlo. El plato estaba bueno de sabor, pero tenía unas pinzas de jaiba que no se podían comer dado que no había cómo romperlas, y el tiempo de espera perjudica demasiado la experiencia. La verdad es que si hay que destacar lo peor de todo, es el servicio. Atención lenta, de mala gana, que ignora tus pedidos y además traen los platos de la mesa a destiempo. Lamentablemente nuestra ida a Hansoban fue una gran decepción, que no repetiría y tampoco recomendaría. Definitivamente no vale la pena y solo se ha visto beneficiado por la ola de fans...
Read moreI don't like to give bad review but this place was really disappointing Korean food. Japchae was totally wet and soup, no sesame flavour at all. Ojibgeo beokkum Stir fried squid and prawns tastes like some oily cheap Chinese food swimming in ocean of oil. They served with the smallest saddest prawns I haven't seen since bad English prawn cocktail 30 years ago. Kimchi soup somehow managed to be bland. From all these dishes we ate only a few bites. Bimbimbap is the only edible dish, but there is less than full spoonful of chopped lowquality meat. For the price it feels total rip-off. I hope this review inspires them to improve. For visitors from Asia, you will be disappointed. There are plenty of other authentic and delicious Korean...
Read moreTrataré de ser lo más imparcial posible. El lugar es agradable de ambiente y la comida es sabrosa (pedí Sogogy deopbap con un jugo de maracuyá). Yo había venido hace 7 años a este restaurante y guardaba buenos recuerdos de aquella visita. Mi reparo es cuando recién entré al local, ya que no había absolutamente ningún mesero y todas las mesas del primer piso estaban ocupadas. Como no había nadie a quien acudir, subí a buscar un espacio disponible y había dos habitaciones, una vacía y otra con comensales. Uno de los espacios estaba vacío, entendí que ese lugar no se debía usar, por lo que fui a donde sí había gente. Resulta que todo ese lugar estaba reservado y cuando llegaron los meseros y me vieron, se espantaron y me hicieron bajar al primer piso. Allí abajo se preguntaban entre sí ¿No lo vieron subir? pero después la mesera que quedó a cargo mío, que por cierto fue muy amable, me dijo que subiera y me ubicó en el otro espacio donde no había nadie. En ese intertanto, otro mesero me decía que bajara y yo le hacía saber que me estaban pidiendo estar arriba. Estuve a nada de irme por lo vergonzoso que me hizo sentir toda la situación, dado que los demás comensales también se percataron del problema. Creo que si un lugar está lleno y llega más gente, hay que ser claros con respecto a los espacios que se deben usar y cuáles no. Nunca quise hacer sentir incómodo a nadie ni mucho menos entrar a un espacio que otros clientes habían reservado, eso se entiende y se respeta. De hecho, un señor de los que estaba ocupando ese espacio reservado, un hombre mayor coreano, se percató de la situación y fue minutos después del inconveniente a la otra habitación a preguntarme si estaba todo bien. Con todo, sigo recomendando el lugar. Puede que sea un caso aislado, pero esta visita no fue para nada agradable y la comida no sentí que...
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