RESEÑA TERRACOTTA (MADRID) Visita: Miércoles 28 mayo, mediodía. 2 comensales. Reserva en terraza, finalmente mesa alta en interior.
Terracotta se presenta como uno de esos espacios de nueva generación que buscan posicionarse entre lo “casual sofisticado” y lo gastronómico, impulsado —supuestamente— por una cocina de técnica refinada y sabor reconocible. Sin embargo, la experiencia vivida dista de cualquier aspiración seria en clave culinaria. La visita, motivada por su presencia en una lista internacional de “los 50 mejores restaurantes de Madrid”, sirvió, más que para confirmar su nivel, para poner en evidencia el abismo entre la narrativa de marca y la ejecución real. Para que hagáis caso de esas estúpidas listas.
La llegada fue puntual, incluso anticipada. Tras solicitar cambio de ubicación por las altas temperaturas en terraza, se nos asigna mesa alta en interior alegando sala completa. Lo sabríamos después: no lo estaba. Primer fallo de gestión de sala. El servicio, si bien formal, mostró una dispersión impropia de un restaurante que pretende competir en la liga alta: falta de ritmo, descoordinación y una preocupante desconexión entre cocina y sala.
En cuanto a lo culinario, se apostó por tres de los supuestos “platos emblemáticos” de la carta. El Säm de papada ibérica glaseada ofreció un bocado bien resuelto, graso, meloso, técnico. Un acierto aislado. El puerro a la brasa con tartar de gambón, sin embargo, llegó con el producto sopleteado pero frío —no templado: frío—, arruinando textura y expresión del plato. La espera entre primeros y el magret fue inasumible. La pieza de pato braseado llegó muy tarde, tras insistencia expresa, y completamente fuera de temperatura. El plato, chicloso, mal regenerado, con una demi-glace anecdótica y pobremente ligada, fue directamente impropio de cocina profesional. Resultado: inaceptable.
La factura, 85 €, se sitúa en la franja media-alta del ticket madrileño. Por ese precio, el comensal exige coherencia, precisión y respeto al producto. Lo ofrecido fue una sucesión de errores que no puede excusarse con el clásico intento de “reconciliación líquida” en forma de chupito de cortesía. Un gesto hueco que no compensa la sensación de haber pagado por una promesa rota.
Terminamos a las 15:30h y las mesas del interior seguían vacías. Medio restaurante sin ocupar y nosotros comiendo en una absurda mesa alta, incómoda, improvisada, sin más razón que una mala gestión de reservas. Lo dicho: Terracotta no solo decepciona, sino que subestima al comensal. Cría fama y...
Read moreHoy de nuevo mi hermana y yo nos reuníamos para comer juntas aprovechando su visita a Madrid y nuestra elección después de leer algunas críticas fue TERRACOTA. Nos apetecía disfrutar pero todo se quedó en anhelo. ¡Qué lástima! El local es muy bonito, decoración ideal pero el servicio de sala no tanto y los platos pintan mejor de lo que en realidad son. Pedimos un par de copas de vino blanco, que lamentablemente no estaban tan frescas como debieran... pero bueno. Después del asesoramiento previo preguntando la composición del brioche en la que nos aseguraron que NO llevaba hierbabuena (mi hermana no la tolera y la genera problemas de alergia) nos decantamos por pedir platos para compartir y probar variedad: vieira, brioche de calamares y huevos rotos. Pensando en pedir algo más si era necesario. La vieira, decente. El brioche... CON hierbabuena. Se lo tuvieron que llevar y en cocina retiraron la hoja de hierbabuena (obviamente se quedo el sabor y el brioche se enfrió). Los huevos rotos decentes 'aunque no los recomiendo'. Nos preguntaron si queríamos postre... pregunté sobre la opción de para llevar, que me comentaron que no es posible. Dije que nada entonces y me insistieron y aseguraron que podía disfrutar de la tarta de queso sin problemas (avisé que tenía que estar trabajando a las 4 de la tarde). Al ser tan tajantes con la seguridad, lo pedí y lo reclamamos tres veces, PERO a las 4 menos 2 minutos tuve que salir del restaurante sin haber comido la tarta, que seguía sin haber salido de cocina. Tuve que coger un taxi y posteriormente aguantar la bronca de mi jefe por el retraso. De camino en el taxi tengo que decir que recibimos una llamada del restaurante pidiendo disculpas y ofreciéndose a llevar la tarta dónde necesitásemos... pero ya NO era posible. Si me entregan una tarta de queso en la oficina después de llegar tarde mi jefe me podía haber mandado lejos... En definitiva, un horror de comida, que nos salió tremendamente cara (pagué el postre de 7,50€ absurdamente) + la bronca del jefe. Desde luego la experiencia lamentable y seguro...
Read moreEs increíble cómo han aprovechado el espacio en este restaurante. Todo está al milímetro.Tanto, que el servicio tiene un buen tramo de escaleras desde las cocinas hasta las mesas. Si tienes curiosidad, puedes ver las cocinas, cuando bajas a los baños. Todo es en proporciones ajustadas (que no es lo mismo, que pequeñas), o al menos a mí me lo pareció. Si buscas ostentación y espacio, no es tu sitio. El símil, sería como un parque de bolas. Es un recinto pequeño, pero "lleno de bolas", es decir, está hecho para disfrutar: La decoración, la carta, el servicio, hasta los baños, todos está para dar gusto al comensal (recordar, sin grandes ostent... nada).¿Pero vienes por las bolas, no?. Si es así, aquí hay muchas. Puedes empezar con un vermú, seguir con croquetas, o ensaladilla, o flores de alcachofas, o el säam (plato que personalmente, repetí), todo son bolas, para jugar y disfrutar. Todo ello bañado con unos ricos caldos, que aunque no especialmente extensa la carta de vinos, si está cuidada (ya hemos dicho, nada de ostent...)En cuanto a los segundos,...pues más bolas, juego de sabores y colores,... pero, en todos los parques siempre hay algunas bolas desinfladas, esos son los chipirones,...a ver, que no están mal, pero hay "bolas" mejores. Y los postres,...pues lluvia de bolas, con especial atención a esa bola de tarta árabe de nata y para los muy golosos, las torrijas. Si quieres pasar un rato divertido, jugando con sabores y saber hacer, ya sabes dónde tienes que ir. Si quieres un sitio serio, dónde la armonía y los toques clásico inunden grandes pasillos y salas,...no vayas a buscarlo allí. Si vas, es para jugar y disfrutar del...
Read more