La portentosa y desconocida joya artística de Madrid. No tiene parangón en la Villa y está muy bien restaurada y conservada. Su acceso se encuentra al final de una corta doble escalera de piedra en la Plaza de la Paja. La fachada de sillares de piedra no muestra ningún elemento decorativo ni característica llamativa, pero la galería superior de severo estilo renacentista es única en Madrid. Se salvó de la destrucción de que fue objeto la adyacente iglesia de San Andrés precisamente porque la banda de descerebrados rabiosos que perpetraron tal irreparable destrozo del patrimonio de todos los madrileños no se percataron de su existencia. Traspasada la puerta exterior y al final de un pequeño corredor con vistas a un anodino patio, se llega a la extraordinaria puerta de madera de nogal labrada con medallones de los santos Juanes, dos escenas bélicas del Antiguo Testamento y ornamentación de candelieri, que es sólo la primera maravilla del conjunto. Al otro lado se abre la capilla tardogótica de ábside poligonal con el grandioso retablo manierista al frente, los dos pequeños cenotafios en arcosolios a ambos lados, y, en otro arcosolio en el muro de la Epístola (a la derecha del visitante), el magnífico sepulcro (vacío) de alabastro del Obispo de Plasencia Gutierre Vargas y Carvajal, el patrocinador de la capilla, que falleció en 1559, dos años antes de que Madrid se convirtiera en capital de los Austrias y su imperio. Tanto el enorme y abigarrado retablo manierista, como los tres arcosolios, son obra de Francisco Giralte, un discípulo de Alonso Berruguete. Se puede visitar libremente todos los días, con prudencia y en silencio, durante los servicios religiosos cantados de las Hermanitas del Cordero que están a cargo de su cuidado y custodia. También se organizan visitas guiadas para las que hay que hacer reservas en el Museo de la Catedral de la Almudena. En tamaño y cantidad de obras de arte esta capilla no puede compararse con los conventos de las Descalzas Reales y la Encarnación, y mucho menos con el Museo del Prado, pero su calidad artística la sitúa al mismo nivel que cualquiera de estas instituciones. En el exterior, el edificio adyacente situado a su izquierda formando un ángulo presenta una fachada similar, que fue realizada en el siglo XX, a imitación de la de la Capilla. En ese solar colindante se levantaba el palacio de la familia Vargas, desaparecido hace...
Read moreLa capilla del Obispo se erige sobre el solar de una primitiva capilla, probablemente mandada construir por el rey Alfonso VIII.
Fue levantada entre 1520 y 1535, para albergar los restos mortales de san Isidro Labrador. Responde a una iniciativa de Francisco de Vargas, para cuya familia, una de las más poderosas del Madrid medieval, había trabajado el santo, en el siglo XII.
Vista del ábside de la capilla, desde el patio renacentista del Palacio de los Condes de Paredes de Nava, actual Museo de los Orígenes de Madrid. Sin embargo, el impulso definitivo se lo dio su hijo, Gutierre de Vargas Carvajal, obispo de Plasencia entre 1524 y 1559, a quien se debe la fundación de la capilla y su suntuosa decoración interior. En su honor, la construcción empezó a ser conocida como Capilla del Obispo, abandonándose, a nivel popular, el nombre oficial de Capilla de Nuestra Señora y san Juan de Letrán.
El cuerpo de san Isidro permaneció en el edificio hasta 1544, año en el que el párroco de la iglesia de san Andrés consiguió, después de numerosos pleitos, trasladarlo a su parroquia, donde estuvo depositado hasta el siglo XIX.
Los Vargas decidieron entonces convertir la capilla en su panteón familiar. En 1547, Gutierre de Vargas Carvajal encargó al escultor Francisco Giralte la realización del retablo que preside el ábside y de los dos cenotafios situados a ambos lados del presbiterio, dedicados a Gutierre de Vargas Carvajal, obispo de Plasencia, y a sus padres, Francisco de Vargas e Inés de Carvajal. Los trabajos de decoración...
Read moreUna joya oculta que tenemos los madrileños, un sitio declarado Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural. Se trata de un edificio gótico con elementos del renacimiento.
Oficialmente se llama Capilla de Nuestra Señora y San Juan de Letrán aunque se llama Capilla del Obispo porque cuando se acabo dicho templo con Don Gutierre de Vargas y Carvajal, Obispo de Plasencia.
En el interior lo más llamativo y espectacular es el retablo de madera rematado con pan de oro, y el impresionante sepulcro en alabastro del obispo Gutierre de Vargas y Carvajal.
Para visitar solo es posible mediante visitas guiadas. Y hay que reservar cita a través del correo: reservascapilladelobispo@archimadrid.es La entrada es de 4 euros. Solo se puede visitar días concretos de la semana (martes y jueves). No se si han modificado los días o los horarios. La visita te lo explican muy bien y merece la pena. Por la dificultad de entrar por eso indicaba que es una joya oculta que tenemos...
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