Malva Loca — Restaurant in Vitacura

Título: Buena propuesta arruinada por detalles inadmisibles

Fuimos en familia a celebrar anticipadamente el Día de la Madre, con mi mamá y mi suegra. La atención estuvo a cargo de Andrés, quien fue cordial, aunque algo disperso: se mostraba amable, pero no estuvo completamente atento a nuestras necesidades ni a la mesa. Desde el inicio ofreció “jugo de naranja recién exprimido”, lo cual valoramos y por eso lo pedimos. También ordenamos distintos platos del brunch, entre ellos pan brioche con huevo pochado, pastrami (de pollo ganso), palta y salsa holandesa.

Si bien los platos llegaron en buen estado, lamentablemente estaban fríos. No fue posible hacer cambios ni añadir un huevo pochado adicional, y la oferta sin gluten era muy limitada, lo que reduce la experiencia para personas con restricciones alimentarias.

Lo más decepcionante fue el tema del jugo. Al probarlo, noté de inmediato que no correspondía a un jugo recién exprimido: el color, la textura y el sabor evidenciaban una mezcla de concentrado, almíbar y quizás jugo de caja. Lo mencioné al garzón, quien insistió en que era natural. Luego intervino el chef Darío, reafirmando lo mismo, pero finalmente accedió a enviar uno nuevo. La diferencia entre ambos jugos fue tan notoria que resultó incómoda; al probar el segundo vaso, el mismo garzón reconoció que este sí era jugo natural. Este tipo de contradicciones afectan seriamente la confianza en el servicio.

En resumen: los platos estaban bien concebidos pero mal ejecutados (principalmente por la temperatura), el servicio fue inconsistente y el incidente con el jugo dejó una muy mala impresión. Además, pagamos un 10% adicional en estacionamiento un día sábado a las 11:30 am, cuando el lugar estaba vacío, lo que se sintió como un abuso innecesario.

No volvería, y no lo recomendaría en su estado actual. Una lástima, porque el lugar...

Fui desde Antofagasta muy ilusionada a celebrar mi cumpleaños con mi familia a Malva Loca. Sin embargo, nos llevamos una triste sorpresa. A pesar de que nos atendió un garzón muy amable al principio… al pedir una ronda de tragos, dos comensales pidieron un cóctel que salía $10.500.- En función del precio, te esperas un cóctel a la perfección de balanceado y rico. Fue todo lo contrario, nos llegó un “cóctel” sin sabor y aguado, con nada de alcohol. Parecía que le hubieran echado solo la tónica + 2 hielos y nada más. Así que, al pedir si lo podían arreglar por favor, por lo antes mencionado; el chico que nos atendía nos puso una mala cara y remitió a respondernos que NO se podían hacer ni arreglos ni modificaciones de los cócteles. Podrían haber hecho como que se llevaban el trago y lo traían nuevamente a la mesa. MÍNIMO. Se dió media vuelta y se fue. Y quedamos muy desencantados e incómodos por la frívola respuesta.

Personalmente pedí un cóctel que tenía una paleta de helado. Estaba bueno.

Para empezar con nuestra cena, pedimos las empanaditas de chupe de jaiba. Ricas para mí, que personalmente soy salada… para mis comensales invitados; muy salado. Debería haber un punto medio en ese sentido.

Cuento corto: pedimos la cuenta, no llegamos a los fondos por la desazón de los cócteles. Mis dos invitados tuvieron que tomarse un trago que simplemente, daba la impresión de haberse hecho a la rápida con 0 cariño. Sumado a la atención del garzón que, pareciera haberse molestado por una válida solicitud de un cliente. Así que nos fuimos a otro restaurante de la galería. Dejo 1 estrella por mi trago y por la arquitectura con diseño de interior del local.

Pero para efectos gastronómicos, CLARO no lo recomiendo. Si le llega mal el cóctel, no se lo...

La verdad que no era primera vez que íbamos y esta ocasión decidimos ir en l tarde con nuestros niños pequeños, agradable al llegar y atención casi rápida al inicio, los platos para compartir bastante buenos y distintos, empanadas de loco, ostiones, una especie de ceviche y bao de lomo, realmente buenos. Los trago también son buenos y grandes, un poco suaves eso si, pero nada que alegar. Sin embargo lo que sí fue mala experiencia fue el postre, mis hijos vieron el mango nitro y lo pedimos, nos trajeron las cucharas, el soporte para ponerlo y pasaban los minutos y nada, media hora y nada, se acercó un mesero y medio preocupado nos dijo que ya venía en camino el postre, pero pasaron como diez a quince minutos y nada, ahí escuchamos que dos meseros, uno era el que no atendía, el recepcionista y otro, discutían por nuestro plato, no quise escuchar más, pero fue desagradable e incómodo aún más para mis niños, esperé un poco más y finalmente no llegó el postre, pedí la cuenta y nos fuimos sin postre, lo más reprobachable a mi entender fue que no se acercara nadie a decirnos siquiera disculpa, nos equivocamos, tan solo una simple excusa hubiese sido valorable. Sin embargo el mesero se acercó y solo se preocupó de pedir la propina, la verdad que siempre siento que es justo darla, pero en esta oportunidad rehice dársela y se molestó, se notó de inmediato, siendo que le expliqué y estaba claro del por qué. Al final terminé yo dando excusas y nos fuimos sin postre, como consejo, eso deberían cambiar. No es algo tan...