Casa Revuelta

Escribo este mensaje con mucho pesar, ya que Casa Revuelta tiene un lugar muy especial en mi corazón y en el de mi familia, desde mis abuelos hasta incluso mis bisabuelos. Sin embargo, siento que debo compartir una reflexión que me ha dejado mi última visita al local: Casa Revuelta ha sido un lugar emblemático, no solo para mi, sino también para todos aquellos que buscaban vivir una experiencia auténticamente madrileña pero bajo la nueva gestión, lamentablemente, ese espíritu único parece haberse perdido.

Quiero comenzar destacando algo positivo: la calidad de la comida sigue siendo excelente. Si ha habido algún cambio en la materia prima, no lo he notado, y sigue estando tan buena como siempre. Sin embargo, la comida, aunque esencial, nunca fue el único ingrediente que hacía especial a Casa Revuelta.

Como cliente fiel desde niño en los años 90, tengo muchos recuerdos en este bar desde mi infancia, acompañado de mis abuelos, padres y bisabuela. Aunque actualmente resido en el Reino Unido, cada vez que vuelvo a España, Casa Revuelta siempre ha sido una parada obligatoria. De hecho, lo he recomendado innumerables veces a amigos y conocidos que visitaban Madrid, por ser un lugar que encapsulaba la esencia del auténtico ambiente madrileño y castizo, ajeno a las modas pasajeras. Su comida, su estilo inalterable y su clientela local eran los pilares de su encanto y lo que lo hacía tan atractivo tanto para los vecinos como para los turistas en busca de una experiencia genuina.

Sin embargo, mi última visita fue decepcionante. Me encontré con varios cambios que han derrumbado dos de esos tres pilares del local afectando significativamente su ambiente:

1. COLAS INNECESARIAS Ahora se obliga a los clientes a hacer cola para entrar, incluso cuando el local está medio vacío (adjunto foto como ejemplo). Quizá esta estrategia busca dar una impresión de exclusividad, pero el resultado ha sido el opuesto. Muchos clientes mayores de toda la vida no pueden frecuentar el bar porque les resulta incómodo esperar, especialmente cuando pueden ver que hay espacio dentro desde la fila. No entiendo qué lógica puede haber detrás de esta decisión, pero lo que está claro es que perjudica gravemente el ambiente del local ya que al estar medio vacío no hay bulla/ambiente.

2. ELIMINACION DE LA BARRA COMO CENTRO DE ACTIVIDAD Ahora hay una nueva política de servicio, donde un camarero asigna los asientos y toma nota, cosa que ha sustituido la dinámica tradicional de entrar, buscar un rincón, y pedir en la barra. Esto ha eliminado la característica bulla y vitalidad que definían el ambiente de Casa Revuelta, ese bar pequeño lleno de vida donde la interacción y el estar codo a codo con todo el mundo luchando por llegar a la barra para pedir mas era parte de la experiencia.

3. RENOVACIÓN DEL INTERIOR Entiendo que las obras representan una inversión considerable, lo cual hace que me cueste mucho decir esto, pero el resultado ha sido decepcionante. El diseño actual, aunque moderno, ha perdido el carácter único y castizo que tanto valorábamos tanto la clientela local como la turista. Casa Revuelta ya no se siente como un bar típico madrileño; su estética podría pertenecer a cualquier ciudad del mundo. De hecho, parece una cabina de esquí alpina suiza o austriaca - no se por que se decidieron por ese diseño.

Estas tres decisiones, en mi opinión, no solo diluyen la esencia del local, sino que también lo convierten en uno más entre tantos bares contemporáneos de los cuales los hay mejores con mejor ambiente. Lo que antes era un lugar singular ahora parece alinearse con tendencias pasajeras y genéricas, perdiendo su alma y su atractivo distintivo. Sé que mi percepción es subjetiva y reconozco el esfuerzo detrás de estas decisiones. Por eso, escribir estas palabras me resulta especialmente difícil. Mi intención no es ofender, sino expresar mi cariño por un lugar que quiero ver prosperar. Me temo que, en el intento de modernizarlo, se ha sacrificado aquello que hacía a Casa Revuelta un lugar único y querido por tantas generaciones.