LA COMPAÑÍA DEL CUSCO La iglesia está fabricada principalmente con andesitas y tiene la fachada más hermosa y elaborada entre las iglesias de la ciudad; sobre su puerta de ingreso existe una Virgen de la Inmaculada Concepción labrada en berenguela (material parecido al mármol); tiene dos capillas exteriores adosadas a la estructura principal, hacia el norte está la capilla de la Virgen de Loreto (desde 1894 es conocida como la Capilla de la Virgen de Lourdes) que hoy aún sirve al culto y donde casi siempre se venera al Señor de Burgos que fue trasladado de la demolida iglesia de San Agustín; y hacia el sur, la capilla de San Ignacio de Loyola que fue adjudicada a la Sociedad de Artesanos del Cusco. La Compañía de Jesús en su interior posee una sola nave donde resalta al fondo el imponente retablo mayor tallado en cedro y completamente dorado con hojas de oro por Cristóbal Clemente hacia 1670, mide 21 metros de altura por 12 de ancho. En la parte central del retablo se halla la imagen en bulto de la Virgen de la Inmaculada Concepción, más arriba un lienzo representando la Transfiguración del Señor y encima un personaje de la orden. La nave principal ostenta además un transepto que comunica con las dos capillas laterales, seis retablos con diversos estilos y un púlpito totalmente dorado que culmina con una escultura de San Francisco Javier; hacia los costados del retablo mayor se hallan otros cuatro retablos de cedro, tres de ellos dorados y bastante ostentosos. Luego de los trabajos de restauración posteriores al sismo de 1986 se descubrió una interesante clausurada capilla subterránea casi debajo del retablo mayor. En la parte superior, alrededor de los ventanales de alabastro (también conocido como "piedra de Huamanga") se encuentran lienzos que representan la vida del fundador de la orden, San Ignacio de Loyola, pintados por Marcos Zapata y su ayudante Cipriano Gutiérrez. Al interior, en ambos lados de la puerta principal hay dos lienzos representando ambos a San Ignacio de Loyola, en uno curando enfermos y en el otro victorioso sobre los herejes y cismáticos que motivaron la reforma religiosa. En esta zona también se hallan dos lienzos de bastante valor histórico, el de la pared norte representa el matrimonio del capitán español Martín García Oñás de Loyola, sobrino de San Ignacio de Loyola y captor de Túpac Amaru I, con doña Clara Beatriz Coya, hija de Sayri Túpac y por lo tanto sobrina de Túpac Amaru I, heredera absoluta del Marquesado de Oropesa; de este matrimonio nació Lorenza Ñusta de Loyola que fue esposada por don Juan de Borja, hijo de San Francisco de Borja, cuyo matrimonio también se representa al otro lado del mismo lienzo; resaltan a un lado los incas Túpac Amaru, Sayri Túpac y la princesa Clara Beatriz con vestimenta autóctona y detrás un nativo sosteniendo la "achiwa" (especie de sombrilla hecha de plumas multicolores de aves que solo usaba el inca). El lienzo de la pared sur representa los matrimonios de Beltrán García de Loyola con Teresa Idiáquez y de Juan Idiáquez con Magdalena de Loyola. Hacia el sur de la capilla de San Ignacio de Loyola se encuentra el local del actual Paraninfo Universitario de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco que originalmente sirvió de local para el local de la Universidad de San Ignacio de Loyola que fue parte del Colegio de la Transfiguración, creada por bula papal de Gregorio XV en 1621. A la expulsión de los jesuitas en 1767 el local pasó a cumplir la función de cuartel militar donde padeció prisión José Gabriel Túpac Amaru; posteriormente fue cedido para la universidad antoniana ya que en 1598 se había fundado el Colegio Seminario de San Antonio Abad en su local de la actual plazoleta de las Nazarenas; un siglo después, en 1692 una "breve de erección" dada por el Papa Inocencio XII creó la Universidad de San Antonio Abad dependiente del...
Read moreDESCRIPCION ICONOGRÁFICA DE LA PINTURA DE LOS RETRATOS DE DON MARTÍN GARCÍA DE LOYOLA Y LA ÑUSTA DOÑA BEATRIZ CLARA
En el muro del evangelio del coro bajo del templo de la Compañía de Jesús del Cusco, se ubica un lienzo (neto), cuyo tema central, son los retratos de Don Martín García de Loyola, caballero de la orden de Calatrava y sobrino nieto de San Ignacio de Loyola y la Ñusta Beatriz Clara hija de Sayri Tupac (inca de Vilcabamba) y la coya Cusi Huarcay, la pintura corresponde al siglo XVIII, de autor anónimo, aunque los señores Mesa – Gisbert sostienen que corresponde al S. XVII y que pertenecen al círculo del autor de la serie del Corpus del templo de Santa Ana (hoy la serie de exhibe en el museo arzobispal); se desconoce la fuente del autor, aunque podía haber sido aquella representación teatral que se llevó a cabo el 10 de octubre de 1741, en el mismo templo de la Compañía (puede consultarse Diego de Esquivel: Noticias cronológicas de la gran ciudad del Cusco). De esta pintura es probable que se hayan hecho hasta seis copias, los Mesa – Gisbert, señalan que una se halla en el templo de Copacabana de Lima, existe otra en el Museo Pedro de Osma, se sabe que hay una copia en Arequipa, deben haber algunas más. El lienzo es complejo por la cantidad de personajes, éstos llegan hasta 30, en el plano central se muestra el retrato de Don Martín García de Loyola y la Ñusta Beatriz Clara; Don Martín viste a la usanza militar española del siglo XVII, chaqueta larga camisa de seda con valona y mangas acuchilladas, calzón corto, medias de seda ajustadas sobre las rodillas, zapatos blanco con cordones; en la mano derecha sostiene un sombrero de ala ancha emplumada como lo usaban los españoles del siglo de oro y un cetro delgado, mientras que con la mano izquierda sujeta la mano derecha de la ñusta, en el cinto lleva una espada. El traje del capitán, es muy parecido al de los arcángeles arcabuceros cusqueños del siglo XVIII. La ñusta Beatriz Clara, lleva puesto un traje de la nobleza inca, un acsu o túnica larga que no deja ver los pies, de color blanco en la parte baja de su túnica una franja que da vuelta todo el traje con tres filas de tocapus, una lliclla que cubre el pecho y parte de la espalda sujetada con un tupo de plata, dicha llicllas combinada también con una franja de tocapus. Al costado izquierdo de la pareja, se aprecia los retratos de Juan de Borja hijo de los quintos marqueses de Alcañices y nieto de San Francisco de Borja, y doña Lorenza Ynga de Loyola, hija de Martín García y doña Beatriz Clara. Juan de Borja va con vestido español del siglo XVII, cuello de lechuguillo y puños de encaje, sobre el brazo izquierdo se observa la cruz de los caballeros de Santiago, mientras que su esposa lleva un vestido de saya verdugado amplio y flotante. El segundo plano está dedicado a los parientes de ambas parejas fundadores de la orden jesuita, San Ignacio de Loyola con traje de jesuita y libro abierto de cara al espectador en el que se lee la siguiente inscripción en latín “Admajo rem dei / Gloria am regulare societa de Jesús”, junto a él San Francisco de Borja también con traje de jesuita, lleva su atributo: cráneo en la mano. En la parte superior derecha del lienzo, se observa un conjunto de indios y delante de ellos la élite inca, Don Sayri Tupa y Phelipe Tupac Amaru padre y tío de la ñusta, Tupac Amaru protegido por una achulla (sombrilla), y cerrando el círculo nobiliario inca la madre de la ñusta la coya Cusi Huarcay sosteniendo un guacamayo, ave que se repetirá en las pinturas cusqueñas del siglo XVIII. En la parte central entre los templos de San Pedro y de la Almudena de Madrid el anagrama de la orden jesuita, en la parte superior izquierda, el matrimonio de Juan de Borja y doña Lorenza Ynga de Loyola. Finalmente en la parte inferior derecha aparecen un indio tocando un pututo y un mestizo sosteniendo...
Read morePretty standard baroque church for Latin America with lots of gilded carved altars. They charge you to enter but don't let you take photos even with just a cell phone. Very stupid.
The Archbishop needs to update their directive. Obviously you have your own photos you put on the internet. Nothing is being protected by not letting visitors take pictures inside the church. It is only preventing visitors from having memories and being able to share their experience with family and friends on social media. Most churches throughout the world, including Catholic churches, allow photos. I could understand if you didn't want someone with a professional camera taking pictures that they will then use for commercial purposes without paying a fee or getting permission. But we are talking about individuals and tourists who are just doing so for personal reasons. The directive is archaic and...
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