Pisco Sour l Restaurante Peruano Madrid — Restaurant in Madrid

Fui a comer a este sitio con mi pareja y pedimos de entrada: papa a la huancaína y papa rellena y de Segundo medio pollo a la brasa. Los entrantes muy bien, no me puedo quejar de ello.

Sin embargo, la presa que me tocó estaba en mal estado, sólo necesité dos pedacitos para darme cuenta. Se lo comenté a la camarera a penas lo sentí (para que no piensen que una se come el pollo entero y ya por acabar te dicen: esto está malo, cámbiamelo) me dijo que era raro porque todo era reciente, fue a preguntar a cocina y según ellos todo bien. El trozo que le tocó a mi pareja no tenía un sabor extraño como el mío. (Pero si un trozo de pollo ya estaba dañado, todo el pollo estaba en malas condiciones aunque no lo sintieran los demás, CUIDADO CON LAS INTOXICACIONES ALIMENTARIAS)

Meses atrás fui con mi padre y el refresco de maracuyá fermentado, igual se lo comenté a la camarera y lo mismo “que extraño” aunque al menos está camarera si me dio solución.

Entiendo que es una empresa pequeña la que tienen montada allí pero tiene que cuidar la calidad de productos que dan a lo clientes. No pido que sea un 5 estrellas pero que si trabajen en cuidar ese aspecto importante porque ponen en juego la salud de las personas.

El trato de la camarera bien, aunque considero que deberían de saber gestionar estos casos. Cambiar quizá la presa para que el cliente no se vaya con ese mal sabor de boca. Yo trabajo de cara al público y siempre intento que se vayan contentos para que vuelvan.

Viendo las reseñas me doy cuenta que no soy la única que se queja sobre el estado de sus comidas, solo espero que los comentarios que dejan sus comensales sirvan para que mejoren o al menos dar una respuesta mas sincera y no un simple copia y pega. Desde luego que...

La inercia me lleva hacia a ti. Física y metafóricamente. Físicamente cuando el tren emprende su marcha en cada estación. Metafóricamente desde lo eterno. En el tren nos dio por poner nombre a las nubes mientras los cúmulos auguraban buen tiempo. Después vagón nos parió en Embajadores, junto a los clanes dispersos que marchaban en todas direcciones.

Más tarde, por las trastiendas de los puestos de domingo, dejamos de arrastrar, pausados, nuestros pasos, para cumplir con el rito de engullir media de caracoles. De paso lento y digestión ardiente.

En la plaza de la Cebada arroz "reguleras" para tapar la cerveza. Y en una perpendicular de Montera menú digno de un cacique inca en un peruano al que nos guio un hombre anuncio.

En  Cascorro, los cúmulos que nos habían acompañado durante la jornada abrieron las puertas de Madrid al cielo.  Puertas bien guardadas por la silueta de Eloy Gonzalo, que lo petó como héroe camicaze en la guerra de Cuba.

El suelo está tapizado de joyas cuestionables; relojes parados hasta lo eterno; llaves oxidadas; muñecas de mirada perdida, inquietantes como modelos  inertes para siempre; libros con historias al peso en las que quizás, de tanto regresar, desvirguemos...

Totalmente decepcionado,acabo de salir de ahi,,es la segunda vez que voy pensando que podría ser muy crítico en la primera vez que estuve ahí Pero qué va les falta mejorar mucho aún ,en atención puede que las chicas sean atentas o traten de serlo pero no pueden apurar al cliente para que haga su pedido en cuestión de que te dan la carta y ni bien te la ponen ya están con el papel y lápiz a lado porque agobian y no puedes elegir a gusto En lo que tardan en traer en mi caso que fue un chaufa de mariscos si mal no recuerdo que me dijo que se llamaba pues una eternidad y el local no es como para decir que el cocinero estaba liado o algo así En la presentación del plato pues para morirse ahí mismo de lo mal que estaba El sabor pues no pude terminar ni la mitad y para el precio que piden es una verdadera vergüenza que haya locales que vendan o traten de vender eso como gastronomía peruana siendo la gastronomía peruana una de las más importantes reconocidas a nivel mundial Pues una lastima y simplemente decirles que tienen que mejorar en todo definitivamente un lugar al que no volveré y mucho menos...