Solicité reserva para 11 personas los primeros días de mayo. Expliqué que era para un cumpleaños. Tres semanas más tarde me toca llamar para peguntar si mi reserva esta confirmada ya que no volví a tener noticias. Llamé como cuatro veces, ya que las primeras veces me dejaban descolgada como tonta esperando al teléfono (a todo esto no hay línea directa para hablar con el restaurante) me dijeron que me llamaban en un rato para confirmar y me tocó llamar a mí pero al día siguiente. Total. La chica, Patricia, muy amable, le pregunté que si podía llevar tarta ( ya que hay otros restaurantes que si dejan) y a Patricia le cambió el tono a sorprendida y me dijo ”NO, porque aquí tenemos tartas” Ok, ningún problema lo entiendo.

Llegamos al día de la reserva (mi cumpleaños a las 20:30) faltaban dos personas por llegar pero mientras pedimos para beber, le decimos al camarero que vamos a pedir para cenar y SORPRESA!!! El camarero nos dice que en 10 minutos cierra la cocina. Nos quedamos todos en SHOCK, la que más yo, obviamente, porque después de 6-7 llamadas intercambiadas NADIE, pero NADIE, fue capaz de decirme que la cocina cerraba a las 21h sabiendo que era para un cumpleaños. Bueno continuamos... No pasa nada, pedimos un poco a ojo. Comida sin más. Vamos pedir tarta obviamente (aunque fueran dos porciones para soplar las velas con mis amigas) y SORPRESA otra vez... NO HAY TARTA, no hay una mísera porción de tarta para soplar una vela. OK. bueno mis amigas me cantan cumpleaños feliz con un mechero y se acerca una camarera super amable y super buena (con gafas) que nos dijo ”Esperad, que os traigo una tarta” y nosotras le dijimos, ”Tu compañero nos dijo que no hay más” y ella dijo, ”¿Cómo es posible? Voy a ver lo que puedo hacer” bueno ya no volvimos a ver a esa camarera pero aprecio mucho (y apreciamos todo el grupo) su compasión. Voy a pagar a la caja (había cuatro camareros, una chica y un chico sentados contando dinero, el chico de la barra y el camarero que me atendió toda la reserva) y me pregunta el camarero que nos atendió toda la reserva, que qúe tal, a lo que yo respondo que bueno, no sabíamos lo de que la cocina cerraba a las 21h, y fue un poco sopresa (por decirlo de alguna manera) y me responde el camarero riendose… ”aquí gracias a Dios, a la virgen, al niño Jesús… cerramos pronto ” y se empiezan a reir todos los camareros… a lo que me giro, les miro a todos y les digo ”eh, yo también trabajo en esto, entiendo perfectamente lo que supone trabajar de cara al público pero a mi nadie me informó de que la cocina cierra tan pronto y si nos quedabamos con hombre que?” el camarero me dice que nos podemos quedar más rato, que lo siente, que vengamos antes la próxima vez y que no quiere un mal comentario en internet.

CONCLUSIÓN: Este sitio lo único bueno que tiene son las vistas y la ubicación. Si fuera mi negocio echaba a todo el personal (excepto la chica de gafas con pelo corto) trabajáis de cara al público, como para estar con esos aires de arrogancia, y lo peor de todo, con un grupo que a pesar de todo fue amable con todos ellos. Hay gente que por menos, monta espectáculos. ¿No os gusta la cara al público? ¿No tenéis paciencia, ni simpatía para tratar con clientes? Hay trabajos en almacenes que lo único que tenéis que hacer es mover palets y no hablar con nadie. ¿Cómo es posible que una terraza de Gran Via, en primavera con 30º… y qué la cocina cierre a las 21H? ¿Cómo es posible que tengáis una reserva de un cumpleaños y nadie avise de esta particularidad después de 7 llamadas? ¿Cómo es posible que no me dejen llevar tarta y tampoco me sirven una misera porción para soplar una maldita vela? ¿Tenían que hacer la tarta o como? y encima soportar la ironía del camarero… no se quien sea el dueño de este local, no creo que tenga muchas pérdidas por la ubicación, pero podría estar haciendo mucho más dinero si lo gestionara de otra manera, ¿en serio la cocina cierra a las 21h un domingo? Es flipante.